Con el apoyo del Programa Urbano de Unitas, Diarios de la discriminación es publicado por la Red LB Bol (Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales de Bolivia), que lleva más de 20 años luchando por los derechos de esta población.
Una de las representantes de esa institución, Wendy Molina, señala que con el libro se pretende "sensibilizar sobre esa realidad de discriminación con relatos reales en primera persona”.
En la obra los testimonios se dividen en tres ámbitos según el tipo de discriminación: familiar, pública o laboral. La experiencia de Nicole Paredes se enmarca en el primero, como la mayoría de los casos. En su relato describe cómo se vio obligada a reprimir sus sentimientos para evitar que la juzgaran por su orientación no heterosexual.
"Por suerte ya lo he superado, aunque me falta mi madre que prefiere no hablar del tema y lo considera un pecado. El tema de la religión es el que más nos encierra”, relata Paredes.
Denise Vargas tiene 18 años y vive en Cochabamba. Recientemente la amenazaron con echarla del colegio al enterarse de que tenía una relación con otra mujer. Según cuenta en el libro: "pensaron que eso acabaría con la buena imagen del colegio”.
La joven también recibió el rechazo de su familia: "mi papá me agarró y me dijo: ‘¡tú no eres mi hija!’”, cuenta. El malestar de Denise llegó a tal punto que trató de quitarse la vida.
Fue entonces cuando sus padres la llevaron a un centro psiquiátrico; pero todo fue en vano: "¿en qué podrían ayudarme si no tienen en su plan de estudios los temas de la homosexualidad?”.
A los 14 años Denise participó por primera vez en la Marcha de las Diversidades Sexuales y Genéricas. "Ese día, mientras marchaba con un cuadro que decía ‘soy muy feliz siendo como soy’, lloré de felicidad, sentí que volví a nacer y decidí trabajar para mejorar mi situación y la de personas como yo”, concluye.
Denise destaca que uno de los aportes más importantes del libro es mostrar en cada experiencia cómo se pueden resolver los conflictos derivados de estas situaciones de discriminación.
Wendy tuvo su primer encuentro lésbico a los 12 años. En ese momento sufrió una crisis porque "todo se pone en cuestión”. Y decidió "estar con chicos, pero no fluían las cosas y más tarde volví a enamorarme de una mujer”, confiesa. Finalmente salió del "clóset”, a pesar de que por esta razón su madre le dejó de hablar por siete años.
Por su experiencia, Wendy tiene claro que "la discriminación la lleva cada uno por dentro. Las personas que no han salido del clóset piensan que todo el mundo las está mirando y cuestionando. Cuando sales del clóset es un alivio, que aconsejo que hagan siempre alistando la cancha (el entorno)”.
Reivindicaciones
Código de Familia El colectivo reclama porque la definición de familia que se recoge en el nuevo documento del Código de Familia vulnera "nuestros derechos como mujeres lesbianas y bisexuales”, según especifica Denise Vargas. Por su parte, Wendy Molina lamenta que "ni siquiera recibimos una invitación a tiempo para hacer nuestras aportaciones correspondientes a la propuesta”.
Avances En cuanto al reconocimiento de derechos de las mujeres lesbianas y bisexuales, Molina resalta que "en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz percibimos resultados más positivos frente al resto de departamentos”.
Marcha Mañana se realizará la Marcha del Orgullo Gay en todo el país.