Desde que Carine Roitfeld, entonces directora de Vogue París, decidió vestirle con un traje de mujer de Fendi en uno de sus editoriales, Pejic encontró en la confusión de géneros el modo de labrarse un nombre. Cuando se le preguntaba si se sentía más hombre o más mujer, siempre daba respuestas esquivas. Decía que la androginia le permitía explorar su sexualidad de un modo artístico y se regodeaba en la controversia que generaba su personaje.
Tumbado en una cama de hospital, Andrej Pejic bromea con un amigo al teléfono. “Me han llamado para un desfile de Donna Karan, quizá debería llevar el catéter como complemento”. Acaba de someterse a una operación de cambio de sexo. Ya no es Andrej, el modelo de rasgos andróginos. Desde el pasado julio, es Andreja, psicológica, legal y biológicamente una mujer. Su aspecto apenas ha cambiado, pero su decisión puede tener consecuencias profesionales.
La escena pertenece al documental Andrej(a). La modelo ha decidido grabar el proceso para dar cuenta, precisamente, de las razones por las que ha puesto lo personal por encima de lo profesional. “Tenía dos posibilidades: esconderlo y vivir con miedo. O estar orgullosa de ello y compartir mi historia con el mundo”, cuenta en el tráiler de la cinta. Puede resultar contradictorio, pero dentro del discurso que maneja la moda, parecer una mujer no tiene nada que ver con ser una mujer. En un ámbito que encumbra la perfección estética, pero también sus peculiaridades y excepciones, Andrej, el andrógino, le gana la batalla a Andreja.
Pejic ya no es el “chico más guapo del mundo”. Se cansó de dar declaraciones efectistas y jugar a las medias verdades. La persona ha vencido al personaje. “La androginia se había convertido en un modo de expresar mi feminidad sin dar explicaciones”, confesaba en Style.com. “pero siempre tuve en mente que, al final, mi gran sueño era ser una chica”.
Si bien existen varios modelos transexuales de éxito (la pasada primavera, Barney’s se alió con Bruce Weber para narrar la historia de algunos de ellos), Pejic ha sido la primera en cambiar de sexo cuando ya era una figura pública. Hoy quiere ser una modelo, desfilar y protagonizar campañas como cualquiera de sus compañeras, y dejar atrás aquellos editoriales titulados “Los chicos se encuentran con las chicas” (Vogue Brasil) o “Mr. Unisex” (Viva Magazine). Para lograrlo, nada mejor que narrar visualmente los motivos de esta transición, personal y profesional.
Dirigido por su amigo Eric Miclette (que también rueda un documental sobre Laverne Cox, la transexual nominada al Emmy por su papel en Orange is the new black), la cinta hace un breve recorrido biográfico, desde su infancia en un campo de refugiados a su ascenso como top model, y se centra en el proceso de cambio de sexo. Pejic y Miclette quieren seguir filmando durante los seis meses que siguen a la operación, y para ello han lanzado una campaña de crowdfunding para recaudar dinero. Con el hashtag #andrejadoc, rostros conocidos como el del actor Jared Leto o el músico Adam Lambert ya han apoyado la iniciativa.
“Lo que importa es saber qué viene ahora”, afirma en el vídeo promocional. Probablemente, no se refiere sólo a los cambios personales, también a los profesionales: apareció en el desfile de DKNY de este otoño, pero no en el de la próxima primavera, que se celebró la semana pasada y en el que sí aparece Stav Strashko, el nuevo modelo andrógino favorito de la industria.
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