El Tribunal Supremo de Estados Unidos allanó ayer el camino para la celebración de los matrimonios entre personas del mismo sexo en el país, al evitar pronunciarse sobre su legalización a nivel nacional y declinar las apelaciones de cinco estados que buscaban prohibir las bodas entre homosexuales.
De este modo, la decisión de la corte permitirá la celebración de matrimonios entre homosexuales en los estados de Virginia, Oklahoma, Utah, Wisconsin e Indiana, y facilita que ocurra lo mismo en otros seis estados (Colorado, Kansas, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia Occidental y Wyoming) que estaban pendientes de decisión.
El matrimonio entre homosexuales en EEUU es legal en 19 estados y en el Distrito de Columbia, pero con esta postura del Supremo en la práctica serán hasta 30 estados los que podrán oficiar bodas gay.
Momento decisivo
"Este es un momento decisivo para el país entero. Hemos dado un gran paso para llegar al día en que todas las parejas del mismo sexo tengan la libertad para contraer matrimonio, independientemente de donde vivan. Ha llegado el momento y el país está listo", dijo James Esseks, director del Proyecto LGTB de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU, por su sigla en inglés).
Con la inesperada decisión de ayer, el máximo tribunal del país se hace a un lado y evita entrar en el debate sobre la legalización del matrimonio entre homosexuales a nivel nacional, pero es muy improbable que contradiga esta decisión en casos futuros del mismo tipo fallando en contra de las uniones gay
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