"Oficialmente registradas, en los último cuatro años, se tienen sólo 55 denuncias por hechos violentos. Hay muchos casos más, pero la familia se pone a pensar en el qué dirán y presionan para que las víctimas callen. En muchos casos de asesinatos ni siquiera quieren reconocer el cuerpo y mucho menos hacer una denuncia”, señaló Álvarez.
Aclaró que estas cifras no reflejan la verdadera cantidad de casos de asesinatos, violencia intrafamiliar y discriminación que no son denunciados por temor o presión. Mencionó como casos emblemáticos el de una lesbiana asesinada en El Alto y de un trans en pleno Prado de la ciudad de Cochabamaba.
"En Bolivia aún tenemos asesinatos de travestis; continúa la violencia contra gays y lesbianas por parte de sus mismos familiares; continúa el maltrato psicológico de la sociedad y las instituciones, y todo esto de manera impune por la falta de herramientas legales para una acción del Ministerio Público”, dijo.
Hasta la fecha, ninguna de las denuncias existentes ha llegado a una sentencia. "Seguimos el proceso, pero es tardío y cansino porque la misma Fiscalía no sabe cómo enfrentar el caso”, afirmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario