En África, donde los gays sufren acoso social y violencia en numerosos países, los actos de celebración del Día Mundial Contra la Homofobia fueron hoy escasos, aunque las organizaciones defensoras de los homosexuales no dejaron de reivindicar sus derechos.
"No hemos planeado ninguna actividad para hoy, pero probablemente hagamos algo en los próximos días", dijo a Efe John Wambere, coordinador del grupo defensor de los gays Spectrum en Uganda, donde la homosexualidad está penada con hasta cinco años de cárcel.
Actualmente, el Parlamento ugandés debate la promulgación de una nueva ley que propone castigos más duros para los gays, mientras se intensifica una campaña contra los derechos de los homosexuales avalada por sectores eclesiásticos.
El texto original del proyecto de ley propone la pena de muerte en casos de "homosexualidad agravada", en alusión a la violación homosexual o el abuso de menores por parte de un gay, así como penas de cárcel para gente que no informe de actividades homosexuales, como un casero que alquila una casa a un inquilino gay.
Tras una fuerte presión internacional contra el proyecto de ley, las autoridades ugandesas han prometido eliminar la pena máxima del texto, si bien está pendiente el borrador final de esa legislación.
"Necesitamos más espacio en los medios de comunicación para hablar nosotros mismos", reclama Wambere, que se queja de que la prensa en Uganda da más cobertura a activistas anti-homosexualidad.
La homofobia también sopla con fuerza en Zambia, país que criminaliza esa condición con hasta 14 años en prisión y donde la terminología legal se refiere a la homosexualidad como "sodomía" o "tener sexo contra el orden de la naturaleza".
De hecho, el Gobierno zambio ordenó recientemente a la Policía detener a toda persona que se declare abiertamente homosexual, después de que cuatro parejas de hombres de raza mixta intentaran contraer matrimonio en una ceremonia civil.
Prácticamente todas las iglesias apoyan la orden del Ejecutivo zambio, especialmente las evangélicas, como atestigua el pastor evangélico Len Kabaso, que predica en una zona chabolista en Lusaka.
"Tenemos el deber de garantizar que este vicio malvado no arraiga en nuestro país", comentó a Efe Kabaso, quien tilda la homosexualidad de "abominación" y algo "detestable hacia Dios".
Al margen de las leyes, algunos mandatarios africanos han criticado duramente en público a los homosexuales, como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, quien ha llegado a decir son "peor que los cerdos y los perros".
Mugabe está pendiente de firmar la nueva Constitución zimbabuense, que no ilegaliza la homosexualidad, pero prohíbe el matrimonio del mismo sexo.
"Nuestra comunidad vive con el temor de la violencia y el abuso", admitió el grupo "Gays y Lesbianas de Zimbabue", donde no se prevé ningún evento para celebrar el Día Mundial Contra la Homofobia.
El presidente de Gambia, Yahya Jammeh, tampoco oculta su homofobia y en 2008 ya prometió "cortar la cabeza" a cualquier gay o lesbiana que sea sorprendido en su país, según recordó hoy la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
La excepción en el continente es Sudáfrica, que desde 2006 es el único país africano que reconoce a los homosexuales el derecho a casarse y adoptar niños.
En Johannesburgo, activistas defensores de los homosexuales han organizado para hoy diversos actos, como un baile colectivo y un paseo en autobús por la ciudad en el que se repartirán globos y se lanzarán mensajes informativos sobre la homosexualidad.
La normalidad en la que viven las minorías sexuales de la población blanca más acomodada convierte a Johannesburgo y Ciudad del Cabo en las dos capitales gays del continente, con una vida nocturna vibrante y un gran ambiente de libertad.
Ese clima de tolerancia ha animado a numerosos homosexuales a establecerse con sus parejas extranjeras en el país austral.
Sin embargo, la situación es muy diferente para los gays y lesbianas que viven entre la mayoría pobre de raza negra, donde los estigmas de la tradición aún condenan las diferencias sexuales al oprobio y, a menudo, a la agresión violenta.
La homosexualidad es vista a menudo en esos sectores como una moda blanca, inmoral y extraña a la cultura africana.
Además de la marginación y la persecución, las lesbianas sudafricanas sufren a menudo las llamadas "violaciones correctivas", con las que algunos varones negros creen poder "curar" a sus "víctimas" de su homosexualidad.
Contra los prejuicios de una cultura machista, dos homosexuales negros celebraron el pasado abril en la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal la primera boda por los ritos tradicionales zulú y tswana, dos de los mayores grupos étnicos del país.
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