El casamiento entre dos hombres de 40 y 30 años de edad está previsto a las 15:30 GMT en la ciudad de Montpellier, en el sur de Francia.
La ley, prometida por el presidente socialista François Hollande durante su campaña electoral, provocó una inmensa controversia en Francia, donde en los últimos meses se multiplicaron las manifestaciones, a menudo rodeadas por actos de violencia, amenazas e incluso agresiones homófobas.
Justificando que se hayan tomado medidas de seguridad excepcionales para esta boda, el ministro del Interior, Manuel Valls, explicó que había "amenazas". "Seguramente haya que incriminar más el discurso y los actos homófobos", agregó.
La primera boda gay de Francia se celebrará en el salón de honor de la alcaldía de Montpellier. La ministra de Derechos de las Mujeres y portavoz del gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, y la ministra de la Familia, Dominique Bertinotti, asistirán a ella.
"Hoy en día, nuestros conciudadanos, sea cual sea su orientación sexual, tienen iguales derechos y deberes", declaró Bertinotti. "Eso es lo importante", agregó.
Francia es el decimocuarto país del mundo que legaliza el matrimonio homosexual.
El domingo, los detractores del matrimonio gay organizaron una última manifestación masiva en París, que terminó con enfrentamientos entre policías y miembros de grupos de ultraderecha.
La manifestación había empezado a primeras horas de la tarde en calma, con la participación de 150.000 personas, según la policía, y un millón, según los organizadores.
La multitud de manifestantes enarboló banderas azules, blancas y rosas, emblema del colectivo Manifestación para Todos (por oposición al "Matrimonio para Todos"), y banderas francesas.
Noventa y seis personas fueron detenidas durante la manifestación y 39 de ellas quedaron en detención preventiva, había indicado Valls antes de producirse los choques.
La ley que autoriza el matrimonio y la adopción para las parejas del mismo sexo fue adoptada por el Parlamento el 23 de abril y promulgada el 18 de mayo.
El texto suscitó una fuerte oposición en Francia, en particular de la oposición de derecha y de los medios católicos.
Lanzado el año pasado con el objetivo de oponerse a la ley a través de manifestaciones masivas pero pacíficas, el colectivo Manifestación para Todos se ha visto desbordado por elementos radicales y en los últimos meses las diversas manifestaciones dieron lugar a acciones violentas e incluso a agresiones a homosexuales.
La propia portavoz del colectivo, Frigide Barjot, se declaró amenazada y renunció a participar en la manifestación.
Paralelamente a la manifestación, una decena de personas del movimiento ultraderechista Generación Identitaria escalaron la pared de la sede del Partido Socialista en París y alcanzaron una terraza en la que desplegaron una banderola con la inscripción "Hollande dimisión".
Según un sondeo publicado el domingo, el 72% de los franceses consideran que es hora de que las manifestaciones terminen, dado que la ley ha sido adoptada por el Parlamento, aprobada por el Consejo Constitucional y promulgada.
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