En el primer fallo el Supremo declaró inconstitucional la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, por su sigla en inglés), que lo define como "la unión entre un hombre y una mujer" e impedía que los homosexuales casados en los estados donde es legal lograran reconocimiento y beneficios federales. Esa declaración implica que los matrimonios homosexuales podrán comenzar a recibir beneficios, pero no se obligará a ningún estado que prohíba las bodas gays a permitirlas. La DOMA "viola los principios del debido proceso y la igualdad de protección aplicables al Gobierno federal", según el fallo. El caso contra la DOMA fue presentado por Edith Windsor, una mujer de 84 años que se vio obligada a pagar más de 350.000 dólares en impuestos federales por el patrimonio heredado de su esposa, Thea Spyer, fallecida en 2009, dado que su matrimonio no estaba reconocido como tal.
En el otro caso, el Supremo abrió el camino para que el matrimonio gay vuelva a ser legal en California en una decisión de procedimiento sobre la Proposición 8, una enmienda a la constitución de ese estado que prohibió en 2008 las bodas homosexuales.
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