lunes, 22 de mayo de 2017

En el eje troncal 200 transgéneros ya cambiaron de identidad


En nueve meses, el Servicio de Registro Cívico (Sereci) de Santa Cruz aprobó la documentación que presentaron 32 personas transgénero para obtener el certificado de nacimiento con el cambio de nombre y de sexo. Con esto tendrán una nueva identidad. Del total de los certificados de nacimiento entregados desde que se promulgó la ley 807, 16 fueron tramitados entre agosto y diciembre de 2016, el saldo se extendió de enero a abril de este año.


La presidenta de la Red de Personas Trans de Bolivia (Red Trebol), Raiza Torriani, afirmó a Radio Fides que en La Paz el número de personas que cambió de identidad de género superan las 100; en Beni hay 70 y en Cochabamba 68. Es decir, al menos unas 200 personas transgénero cambiaron ya los datos de nombre y de sexo en sus carnés.


Danna tiene mala experiencia con esos trámites. Dos años antes de que se apruebe la Ley de Identidad de Género peregrinó por el Sereci para anular la identidad masculina que tenía en su cédula de identidad, pero no tuvo resultado.


Abandonó su carrera universitaria porque sus compañeros la llamaban por el nombre masculino que aparecía en el carné. Una vez que se aprobó la ley, en enero de este año, decidió dejar su trabajo en Paraguay y retornar a Bolivia, al mes siguiente inició los trámites y en abril obtuvo su carné en el que figura como Danna RS.


Según Danna, cuando se presentó a Migración Santa Cruz para tramitar su pasaporte, los personeros de esa entidad no sabían cómo proceder. Se fue a La Paz a sentar una denuncia por discriminación y racismo en las oficinas centrales de Migración porque no le daban curso y así se convirtió en la primera persona trans en obtener su pasaporte.

Compromiso con su padre
Javier Bermudes, egresado de Medicina General, también es otro trans que con la ley 807 ‘bajo el brazo’ logró cambiar su identidad. Pero para cumplir su sueño, primero debió honrar el compromiso que le hizo a su padre cuando le confesó que el nombre de mujer que tenía en sus documentos legales, no encajaba en su cuerpo.
“Mi papá me dijo que primero le muestre mi título de médico y después que haga con mi vida lo que yo quiera”, recuerda Javier las palabras que le dijo su papá, cuando a sus 18 años le contó qué quería y deseaba.


Así lo hizo. Terminó la carrera de Medicina y de inmediato inició los trámites para cambiar su identidad. Presentó en el Sereci un certificado sicológico, el de soltería, otro de descendencia, el de identificación y el certificado del Registro Judicial de Antecedentes Penales y así obtener su carné como Javier Bermudes. Hoy, está en trámites de su título de Médico General.


Bolivia cuenta con la quinta constitución del mundo que reconoce los derechos del colectivo y leyes como la de Identidad de Género, que permite a las personas transexuales y transgénero cambiar su sexo en los documentos de identidad.

Los procesos
La Defensoría del Pueblo denunció el miércoles que en los últimos diez años se produjeron en el país 64 asesinatos de personas de la comunidad de transexuales, lesbianas, gais y bisexuales, de los que solo se investigaron 14 y ninguno ha conseguido sentencia.

viernes, 19 de mayo de 2017

Los Lemay, una familia estadounidense al servicio de niños transgénero


"Es un error, soy un niño, no una niña". Fue esta frase, repetida durante meses en casa y en la escuela, y acompañada por crecientes señales de depresión, lo que convenció a los Lemay: la pequeña Mia, nacida en 2010, debía pasar a ser Jacob a los ojos del mundo.

Mimi y Joe Lemay viven en una gran casa con jardín como muchas que hay en Melrose, un suburbio coqueto y familiar al norte de Boston. Tienen dos hijas, de 8 y 4 años, y ahora un niño de 7, antes llamado Mia y rebautizado oficialmente como Jacob en 2014, a sus 4 años.

En momentos en que el debate sobre los niños transgénero sacude a Estados Unidos, sobre todo tras la revocación en febrero por parte del gobierno de Donald Trump de una norma de la era Obama que permitía a estudiantes transgénero utilizar los baños adecuados a su identidad de género, estos jóvenes padres comparten con otros la experiencia que estremeció sus certezas y sacudió a la familia.

Y su experiencia es al parecer similar a la de varios cientos de familias en Estados Unidos, según una página Facebook dedicada al tema, aunque no hay cifras oficiales sobre la cantidad de niños transgénero. Han pasado casi tres años desde que los Lemay aceptaron la "transición" de su hijo. Aunque el entorno la aceptó generalmente bien, Mimi reconoce haber pasado "momentos difíciles", "jornadas de dolor auténtico".

"Soy muy feliz de ver a mi hijo desarrollarse plenamente, pero me preocupa también la hostilidad del mundo y hay también un sentimiento de pérdida", dice. Pero los Lemay no se arrepienten de nada: Jacob, con su cabello cortado a cepillo, y que dice adorar tanto el fútbol como la costura con la sonrisa de un niño que pierde sus primeros dientes, recuperó rápidamente la alegría de vivir. Esa es "la mejor de las terapias", según Mimi.


La luz volvió a encenderse

Apenas unas semanas después de la transición, cuenta Joe, Jacob "volvió a reír, estaba contento de levantarse por las mañanas". "Fue como si alguien hubiera súbitamente vuelto a encender la luz", dice Mimi. Esta madre de 40 años, criada en un hogar judío ultraortodoxo que abandonó cuando llegó a la mayoría de edad, subraya también cómo la ruptura con su pasado la ayudó a atravesar esta prueba.

"Habiendo pasado por eso, era para mí más fácil decir a mi hijo: 'Sean cuales sean las normas sociales, te veo, veo la persona que está dentro de ti y eso es mucho más importante para mí, no necesito respetar las convenciones'", cuenta. Su marido Joe, de 39 años y cofundador de una start-up que hace carnets de notas digitales, también se muestra satisfecho de la decisión.

"Nadie tiene ganas de tener un niño muy diferente de los otros, tan diferente que le cause problemas en la vida. Imagínense cómo me sentía", relata. "Pero había visto a mi hijo -yo le llamaba 'bebé Buda'- tan lleno de vida, sonriente, tornarse cada vez más sombrío y ceñudo". Después de haber consultado a especialistas y a asociaciones de niños transgénero, la opción era clara, señala.

Si se negaban a que fuera un niño, "continuaría viviendo en la vergüenza y corría el riesgo de desarrollar verdaderos problemas mentales", sobre todo con un riesgo elevado de suicidio.

Si lo aceptaban, las reacciones del entorno podrían "molestarnos enormemente, quizás obligarnos a mudarnos", pero eso parecía menos grave. Al final, "la decisión conservadora era la transición, y el verdadero riesgo era decir 'No, no ahora', o simplemente 'no'", analiza.


Un salvavidas

Los Lemay ignoran lo que pasará cuando Jacob llegue a la pubertad, si querrá o no iniciar un tratamiento hormonal con una eventual operación que lo transformaría de manera definitiva.

Pero se ven a sí mismos como un salvavidas para otros padres confrontados a niños que rechazan la identidad sexual dictada por su cuerpo. En las redes sociales, durante seminarios sobre cuestiones transgénero o en el seno de asociaciones de defensa de los derechos LGBT, testimonian frecuentemente sobre la armonía que ha recuperado su hijo.

Un testimonio esencial en su opinión, dada "la fuerte hostilidad a la idea de que un niño pueda ser transgénero. Es un umbral mental que muchos no logran franquear", dice Mimi. Los Lemay reconocen sin embargo que debido a sus medios y su educación, son "privilegiados". Y además viven en Massachusetts, un estado entre los más progresistas de Estados Unidos, que fue el primero en legalizar el casamiento homosexual.

Luego de su transición en junio de 2014, Jacob pudo cambiar de escuela y ser aceptado de entrada como un chico, sin que sus nuevos compañeros conocieran su identidad anterior. Con la ayuda del distrito escolar, la directora de su nueva escuela, Mary Beth Maranto, cuenta que organizó una formación para el personal que permitió "aprender muchas cosas sobre la población transgénero" y "familiarizarnos con esta nueva parte de nuestra cultura".

"La sociedad va a terminar por aceptar esto", dice Joe. "Las redes sociales permiten que la gente aprenda una de otra, las familias pueden reencontrarse y ya nadie más pueda pretender que esto no existe".

miércoles, 17 de mayo de 2017

Defensoría llama a luchar contra la homofobia y recuerda que en 10 años asesinaron a 64 personas TLGB



En ocasión del Día Internacional Contra la Homofobia y la Transfobia, la Defensoría del Pueblo emitió un pronunciamiento en el que emplaza a luchar contra las manifestaciones de odio contra las personas transexuales y transgénero. Recordó que, en Bolivia, en los últimos diez años se contabilizaron 64 asesinatos de personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales (TLGB).

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Internacional Contra la Homofobia y la Transfobia, establecido en conmemoración a que en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) suprimió a la homosexualidad de su lista de trastornos mentales.

“En el país, en los últimos diez años hubo más de 64 asesinatos de personas TLGB, de los cuales sólo 14 llegaron a un proceso de investigación y ninguno obtuvo sentencia, quedando estos delitos en la impunidad, sin mencionar los casos de discriminación y violencia no denunciados o abandonados por temor a represalias”, señala un documento que fue leído este miércoles por el Defensor del Pueblo, David Tezanos Pinto.

La Defensoría anunció que continuará trabajando para que la comunidad TLGB goce del ejercicio de los derechos fundamentales, tal como lo establece el parágrafo II del Artículo 14 de la Constitución y el Artículo 5 de la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, que prohíbe toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, orientación sexual e identidad de género, entre otras.

Asimismo, la institución defensora de los derechos humanos asegura que seguirá promoviendo la difusión y protección de los derechos de grupos vulnerables, como y la socialización de sus derechos, además de investigar las violaciones sobre esta temática.

Adicionalmente, la Defensoría del Pueblo informó que se encuentra en alerta ante posibles hechos violentos a los que podría llevar la intolerancia con los antecedentes que se conocen de homofobia y transfobia en Bolivia.

La homofobia es la expresión para referirse a la incomodidad, aversión e, incluso, odio hacia la homosexualidad y los homosexuales, esto incluye a la lesbofobia, la bifobia y la transfobia, que se refieren al odio o aversión al lesbianismo, bisexualidad y transexualidad, respectivamente.

lunes, 15 de mayo de 2017

Jim Parsons de The Big Bang Theory, se casó con su novio


El actor estadounidense Jim Parsons, uno de los protagonistas de la popular serie "The Big Bang Theory", anunció este lunes que contrajo matrimonio con su pareja, Tod Spiewak, después de más de 14 años de noviazgo.

Tras el enlace, que se celebró el pasado sábado en el exclusivo Rainbow Room de Nueva York, Parsons publicó varias fotos de la boda en la red social Instagram, tanto de la ceremonia como de la posterior recepción.

"Recepción, primer baile..." dijo Parsons sobre una de las instantáneas, en las que el actor, que vestía un esmoquin con chaqueta de terciopelo color granate de Tom Ford, compartía varios momentos de la recepción con su novio, que optó por el mismo diseñador pero que se decantó por el blanco.

Parsons, que se declaró homosexual en un artículo del New York Times en 2012, cumplió en noviembre pasado 14 años de noviazgo con Spiewak, director de arte.

"Hoy hace 14 años que conocí a este chico y es lo mejor que me ha pasado nunca, sin duda", dijo entonces Parsons en las redes sociales.

El actor, de 44 años, interpretó durante su carrera profesional varios papeles poco destacados en diversas series y obras de teatro hasta que saltó a la fama encarnando el personaje de Sheldon Cooper en "The Big Bang Theory" en 2007.

Desde entonces, Parsons se ha hecho con cuatro premios Emmy, además de numerosas nominaciones y otros galardones.

Cancelan los actos del Día contra la Homofobia en el Líbano por amenazas



La ONG libanesa Proud (Orgullo) canceló la semana de actos que había preparado con motivo del Día internacional contra la Homofobia, este próximo miércoles, por temor a la seguridad de los participantes debido a las amenazas que habían recibido.

El cofundador y director de la ONG, Bertho Makso, aseguró que el hotel donde se iban a organizar los actos, el mismo que habían usado en años anteriores, les anuló la reserva asegurando que eran personas no gratas.

"Ni las autoridades, ni ningún grupo nos contactó para decirnos que nos prohibían el evento, pero las presiones eran tales que el hotel se vio obligado a anular la reserva", relató Makso a Efe.

El responsable de Proud aseguró que la ONG fue objeto de una "campaña de intimidaciones, presiones y amenazas de varias instancias y no solo por parte de extremistas musulmanes".

Asimismo, acusó a las autoridades de "fracasar" en su deber de protegerles y de "ceder a las intimidaciones" de estos grupos conservadores.

"Estuvimos obligados a anular la celebración por temor a la seguridad de los participantes", dijo Makso, que aseveró que, a pesar de cancelar los actos, el grupo continuará "la lucha" para que se reconozca los derechos del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI).

Entre otros actos, Proud iba a publicar un informe sobre la "tortura y los abusos" que sufre el colectivo LGBTI en el Líbano, iba a proyectar de un documental y presentar una obra de teatro sobre este tema.

Varias organizaciones musulmanas reclamaron a través de redes sociales y medios de comunicación la celebración de los actos del Día contra la Homofobia, entre ellas Dar al Fatua, la sede de la autoridad musulmana suní.

El jeque Mohamed Nokkari, jefe del tribunal suní de la región de La Bekaa, afirmó que Dar al Fatua contactó al ministro del Interior, Nuhad Machnuk, para pedir que prohibiera los actos de la comunidad homosexual.

"Al principio anunciaron su voluntad de defender sus derechos, pero después reclamaron el matrimonio y la adopción, lo que representa un peligro para la vida familiar, favorece el incesto y presenta riesgos de consanguinidad", declaró el religioso al diario L'Orient-Le Jour.

La organización Liga de Ulemas Musulmanes publicó varios mensajes en Facebook en los que reclamó la prohibición de los actos y amenazó con la posibilidad de "recurrir a la fuerza para impedir que se desarrolle ese seminario que atenta a la castidad y al honor". (15/05/2017)

Un tercio de países de la ONU criminalizan a personas por su orientación sexual



Un tercio de Estados miembros de la ONU criminalizan a las personas por su orientación sexual y en seis de ellos aplican la pena de muerte por relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, denunció este lunes la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA).

"Actualmente, 72 Estados continúan criminalizando la actividad sexual entre personas del mismo sexo y en 45 de estos países la ley se aplica tanto a mujeres como a hombres", dijo Aengus Carroll, coautor de un informe sobre este asunto, divulgado con ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, el 17 de mayo.

Según el investigador, aunque hay algunas ligeras mejoras en algunos lugares del mundo, la situación global es preocupante.

"Pese a que el número de leyes que criminalizan las prácticas sexuales entre el mismo sexo se está reduciendo, la persecución y la fuerte estigmatización persiste en muchos países", comentó.

Como ejemplos de avances recientes mencionó los casos de Seychelles y Belice, donde se anularon ese tipo de leyes el año pasado, así como el creciente número de países que han adoptado leyes específicas para proteger a este colectivo de discriminación y violencia.

En esa línea, 43 países cuentan con disposiciones legales contra delitos de odio, 72 contra discriminación en el lugar de trabajo, 39 contra la incitación al odio y en 23 se permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, precisa el informe.

La ILGA señala en su evaluación que la igualdad total para gais, lesbianas y bisexuales "por desgracia está muy lejos de alcanzarse porque siguen siendo mayoría los países donde no existe legislación protectora".

Irán, Arabia Saudí, Yemen y Sudán castigan de manera general con pena de muerte las relaciones entre personas del mismo sexo, mientras que en Somalia y Nigeria esto ocurre en algunas provincias.

El informe recuerda que la organización terrorista Estado Islámico castiga con la muerte a esas minorías sexuales en los territorios que controla en el norte de Siria y el noroeste de Irak.

En otros cinco países (Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Mauritania) la pena de muerte está técnicamente permitida por una interpretación de la ley islámica (Sharia), pero la ONG dijo que, a su entender, no se aplica.

ILGA dedica un capítulo de su informe a la situación de las ONG que trabajan en cuestiones relacionadas con la orientación sexual y revela que en 25 países enfrentan obstáculos para la formación, para su registro o establecimiento.

En otros 22 países hay leyes de "moralidad" que impiden la promoción o expresión pública de realidades sobre relaciones entre personas del mismo sexo.

"El caso actual de Chechenia ofrece últimamente el ejemplo más terrible de tales abusos, ya que allí se teme que las cuentas en redes sociales de personas (detenidas) que se cree que pueden ser homosexuales sean pirateadas y utilizadas para identificar a otros que todavía no han sido arrestados", denunció el director general de ILGA, Renato Sabbadini. (15/05/2017)

lunes, 8 de mayo de 2017

Marco Áñez / Lea Capelli: “No soy un castigo ni un error de nadie”


Cuando vivió en Brasil, con su padre, aprendió maquillaje con un profesional. Eso le sirvió para modificar su apariencia y también para conseguir varios trabajos en prestigiosos centros de belleza al retornar a Bolivia, pero su carrera de Arquitectura en una universidad privada cruceña hoy es su prioridad y se concentra en ella.

A sus casi 22 primaveras está en último semestre, solo le quedarán pendientes la pasantía y la tesis. Marco Antonio Áñez Masaí, o Lea Capelli (nombre artístico), es una ella atrapada en un cuerpo de él. Supo desde niña (se refiere a sí misma en femenino) que quería ser una mujer y está en ese proceso de transexualidad que la hace visualizarse en el modelaje y que la hará registrarse como Camila Áñez Masaí. Recién está tranquila, “pero no feliz”, aclara.

A la hija única le falta el total apoyo de su familia, que si bien la respalda económicamente, aún no está preparada para verla vestida de chica. Vive sola, tuvo que salir del hogar para no incomodar a nadie. Su madre radica en Italia, por ella conserva su cuenta de varón en Facebook; aún no tiene permiso para mostrarse como Lea. Dice que la entiende. Desde el año pasado no habla con su padre, que vive en Brasil. Extrañó su llamada en su cumpleaños y en Navidad.

¿Quién es Lea?
Una persona normal, mujer, solo que estoy adaptando mi cuerpo a mi mentalidad. No me he cambiado el nombre porque no he tenido tiempo y quiero y necesito hacerlo, especialmente antes de salir profesional por mis papeles. Me siento sola en esto. Tengo apoyo de amigos bien cercanos, pero desearía que venga de mi familia.

¿Te gusta el modelaje?
La verdad es que sí, posé dos veces para Sergio Chuquimia, me gusta el modelaje fotográfico, también la pasarela, pero estuve metida en mi carrera y es muy pesada. Tengo amigas que tuvieron que abandonar el modelaje para priorizar sus estudios, y para mí también son primero.

¿El maquillaje te da plata?
Ganaba bien, tuve buenas propuestas, pero me perjudicaba en la U.

¿Cuándo te sentiste chica?
Siempre quise ser chica, nunca me sentí identificada con el rol masculino, pero me lo guardé. Mi familia pensaba que era homosexual, en algún momento yo también lo pensé, pero me di cuenta de que no, porque un homosexual es un hombre al que le gustan otros hombres, y yo siempre quise ser mujer.

¿Nunca lo escondiste?
Les fui contando poco a poco porque hubo un tiempo en que me deprimía mucho, me encerré en mi mundo, se me acumularon anorexia, bulimia y migraña por no poder realizarme. Vi que muchas de estas cosas estaban afectándome y a la larga me afectarían más. Fui sincera con mi familia y le conté todo.

¿A qué edad llegó la depresión?
Comenzó a los 13, en la etapa más difícil, y fue hasta el año pasado. Siempre supe quién era, pero me reprimía pensando que mi familia me rechazaría. Quería empezar el proceso de transición temprano porque los resultados son más satisfactorios y me frustraba no hacerlo.

¿Pensaste en llegar a un final trágico?
En algún momento sí, no me atreví porque sería la peor estupidez dejar mi vida por otros. Dios siempre ha estado conmigo, tengo una buena vida.

¿Cómo es la relación con tu familia?
La visito, pero no de mujer, sino como hombre. Voy por mi abuelo, trato de pasar tiempo con él, de disfrutarlo, porque siempre me llama, se preocupa por mí. Siempre me ha querido, siempre supo quién soy; cuando estudié Moda, mi familia se quiso morir y él me decía: “mostrame tus diseños, me gustan”. Tengo cariño por todos, sé que me quieren, pero hay algo que les choca y tiene que ver con la religión.

¿Te molesta no ir de mujer a casa?
Por ejemplo, se acerca la boda de mi prima y no pensaba ir de terno. Tomé la decisión de no ir para no crear un momento tenso en el matrimonio de ella.

Una vez salí vestida de chica cuando estaba en casa de mi tía y ella se quería morir; se sintió ofendida. Es una persona increíble, pero tiene otro pensamiento y lo tomó como una falta de respeto a su casa; puedo entenderla, es difícil. Me dijo “en mi casa es bienvenido mi sobrino”. No es que me sienta rechazada, estoy siendo rechazada.

¿Es fácil tener amigos?
En el transcurso de mi transición mis amistades han cambiado harto. Con los que me relacionaba más, he mantenido cierto tipo de distancia, imagino que por todo esto, nunca les he preguntado, pero tengo amistades que se han mantenido conmigo, independientemente de mi sexualidad.

¿Te afecta?
Puedo entender que hay gente a la que le importa lo que digan los demás y lo respeto.

¿Tenés amigos gays que no lo asumen públicamente?
Mitad y mitad, son bastantes.

¿Por qué ocultarlo?
Vivimos en una sociedad machista, con dos caras. Si hay prostitución, y harta, es porque hay demanda y son más las personas casadas y con hijos. Me ha buscado bastante ese tipo de gente y me ha ofrecido plata. Lo hacen como fetiche o morbo. Por más que me traten bien, siento la distancia; no se trata solo de gritos o insultos, mantener distancia también es una forma de homofobia.

¿Hay prejuicios como el relacionar a los trans con la prostitución?
Es una labor como cualquiera y la respeto. Afortunadamente no hago eso, mi familia paga mis estudios. Mucha gente piensa eso de mí y ya me han preguntado varios “cuánto cobrás” y ni siquiera me preguntan si me dedico a eso. La gente tiene un concepto muy feo de los transexuales debido a la prostitución, pero no todas las personas lo hacen y además es un trabajo duro, con peligros. Tengo amistades que lo hacen y dicen que es una vida difícil porque entre esas mismas personas se maltratan, pero no todos son así.

¿Te han insultado?
No en la calle, pero sí me han mandado mensajes al celular. Una vez estaba en un concierto y bailé con un chico, y no tengo por qué decirle soy transexual, así que después me escribió insultos terribles y me asusté porque hasta me amenazó de muerte. Tuve que advertirle que tomaría medidas legales. No decir que sos ‘trans’ ¿se puede tomar a mal?
No tengo por qué andar con un letrero que diga soy transexual, es algo personal. Cuando una persona quiere salir y conocerme más, entonces le digo, pero no en un primer contacto.

¿Tenés pareja?
No tengo y me cuesta bastante porque estamos en una sociedad cerrada; las personas con las que salgo dicen que les gustaría salir conmigo, pero el tema es la sociedad, no me muestran.

¿Saliste con chicas?
Salí con una o dos chicas cuando estaba en el colegio, dije quiero ver; era muy joven. No me gustaban, pero dije por qué no intentar. No podía decir no sin estar en esa situación, y me di cuenta de que era algo que no me gustaba.

¿Qué les dirías a tus padres?
Tengo tantas cosas que decir, que independiente de cualquier cosa sigo siendo la persona de siempre y que los quiero mucho y me gustaría que vean más allá de los temas sociales.

¿A tu papá?
No me ha ayudado ni me ha llamado hace más de un año, ni para Navidad ni para mi cumpleaños; no estoy molesta con él, no lo odio. Independiente de si no quiere hablar conmigo, me gustaría comentarle lo que estoy haciendo con mi vida. La familia de tu papá es evangélica...
Me encantaba ir a la iglesia con mi familia porque hablaban de ayudar a los demás, de las relaciones. Mi tía una vez me dijo que yo fui castigo para mi papá porque es bien machista y escuché que maltrataba a los homosexuales, que alguna vez les pegó. Yo le respondí que no soy el castigo de nadie. Mi vida es independiente de los actos de mi papá. Ese comentario me ofendió, me hizo sentir como un error y yo no soy un error de nadie.

¿Creés en Dios?
Creo.

¿Cómo es tu Dios?
No soy religiosa, es entre él y yo. En algún momento culpaba a Dios por lo que soy, pero me di cuenta de que no tengo por qué culparlo, sino darle gracias por dejarme estar en este mundo. No puedo tener rencor, amo a Dios. Me gustaría que la gente entienda más, pero respeto lo que piensan.

¿Cómo ves tu futuro?
Me gustaría especializarme en Urbanismo y salir de Bolivia; tengo varias opciones. Una de ellas es irme a Nueva York (EEUU) y un amigo mío me está buscando una beca de la ONU, hay varias para personas como yo.