miércoles, 11 de febrero de 2015

El submundo de la comunidad gay en Tarija



En las discotecas gays te encuentras con heterosexuales, lesbianas, y personajes de la noche tarijeña, que han encontrado en ese ambiente un lugar íntimo para dar rienda suelta a sus preferencias sexuales.

Sin embargo existe un submundo que se oculta, que va más allá de las luces, los bailes, los tragos y la alegría despreocupada de quienes asisten a esos boliches, que por cuestiones impositivas se mantienen en el anonimato de la vida nocturna, realizando sus encuentros en domicilios particulares.
Nuestro primer acercamiento al submundo gay empieza con un guardia de seguridad, que asegura haber trabajado en varios eventos contratado por gays, para interceder ante cualquier problema ya que el consumo de alcohol es generalmente elevado, y no faltan las peleas por celos o situaciones normales pues no hay diferencia con las fiestas de los heterosexuales.
En Tarija la noche gay tiene a sus referentes, quienes son personas encargadas de la organización de los eventos, que se realizan en casas particulares, aprovechando la inmediatez y convocatoria de las redes sociales, donde no existen grupos específicos sino perfiles con nombres de personas que son conocidos en el medio, siempre con cierto toque de privacidad cual si se tratara de un culto pagano.
En cuanto a la afluencia de público heterosexual, nuestro informante agregó que, “vienen bastante, porque les gusta la música electrónica, pop y encuentran cosas que no se ven en otras discotecas, ya que a lo mejor se encuentran con mujeres más abiertas al sexo y a la experimentación, lo que no ocurre en una fiesta cualquiera”.
Así llegamos a una casa estilo colonial del Distrito 10, en el lugar no hay movimiento y parece muy tranquilo. Sin embargo nuestro contacto llama y de inmediato se abre la puerta, entramos a una casa normal en cuyo patio trasero se tiene un ambiente cerrado donde se realiza una fiesta.
En la zona de La Loma, camuflada tras la fachada de una casa normal, nuevamente nuestro contacto llama de la puerta, es ya la madrugada del domingo y nuevamente nos abren la puerta, invitándonos esta vez de manera muy amena a ingresar, pues un personaje muy conocido está participando de la fiesta. Esta vez nos llama la atención que muchos están vestidos de manera extrovertida, encontrándonos con algunos hombres vestidos de mujer y viceversa.
Salimos en unos 45 minutos rumbo a otro local, ubicado en inmediaciones de la “Víbora Negra”, donde tocamos un timbre con una secuencia y nos habla un hombre mediante el interlocutor. Logramos pasar y de repente el domicilio al bajar unas gradas, se convierte un pulcro lugar de azulejos blancos, con tubos para “table dance” y cómodos sillones, en “animal print”. Ahí los hombres y mujeres conversan a media luz con la música, lo que nos permite entablar conversaciones con algunos personajes.

Historias de Vida
Luis de 27 años, explica que desde que era un niño fue descubriendo que era más delicado, que le gustaba andar con mujeres y que le aburría jugar con niños, “después me di cuenta que no me gustaban las mujeres, sentía más atracción por el lado de los hombres”, indica.
En cuanto a la aceptación de la familia, “Luli”, como ahora se hace llamar, comenta que se divide en dos, por el lado materno es entendido y tiene todo el apoyo. En cambio, su padre no ha admitido su orientación sexual, “no se toca el tema, nunca me ha preguntado de por qué soy gay, para él soy hombre, no me mira como gay sino como macho”, explica.
Sobre cómo ve su futuro en con alguna relación, “Luli” dice que prefiere estar soltero, porque si encontrará una persona que valiera la pena podría ser, “nunca he estado con mis parejas estable, estoy poco tiempo y me aburro. Me gusta ser sólo”.
Por otro lado, Roberto de 29 años, agrega que descubrió su sexualidad en el colegio, “porque en el tiempo que te debe gustar las mujeres y te gustan los hombres. Ahí te das cuenta que algo esta pasando en ti y cuando es chico los mismo juegos de hombre te incomodan y te llevas mejor jugando con los juegos que hacen las mujeres”, expresa.

Desenlace de la noche
Antes del amanecer, nos dirigimos al último lugar programado para la realización del primer informe sobre el tema, esta vez llegamos a inmediaciones de la concurrida Calle Bolívar, donde un local de venta de comida, se convierte de noche en un centro de reunión para personas de diversos gustos sexuales, aquí encontramos a gente más joven sin embargo al ser nuevos, es difícil entablar conversaciones por el elevado volumen de la música. Es imposible culminar el reportaje sin sentir algo de curiosidad, ya que si bien encontramos los locales aún desconocemos las historias que ahí se esconden.

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