lunes, 26 de diciembre de 2011

Irán está a la vanguardia en las operaciones de cambio de sexo

Teclear en Google la palabra “sex” lleva en Irán a un bloqueo de la censura, pero paradójicamente si se escribe Iranian society for supporting individuals with gender identity disorder (Asociación para las personas con desórdenes en la identidad de género) aparece de inmediato el sitio de los transexuales iraníes.

Desórdenes vinculados -precisa la responsable de la Asociación, Mariam Khatoun Molkara- con un problema “genético”, que origina el no reconocimiento de sí mismo en el propio sexo anatómico y el consecuente deseo de cambiarlo.

Se trata de algo relativamente fácil en Irán, ya que la República Islámica está a la vanguardia en las operaciones para cambio de sexo desde que su fundador, el Imán Jomeini, firmó en los años 80 una “fatwa” que las legalizaba.

Según datos oficiales, hasta hoy unas 2.600 personas pidieron a la Oficina Central de Medicina Legal el permiso para la intervención. Desde la Revolución de 1979 fueron oficialmente 4.000 las operaciones efectuadas, con la entrega al interesado de un nuevo documento de identidad que le permite incluso casarse.

La primera en realizar este itinerario en la República Islámica fue precisamente Mariam, de 57 años, que cuando vivía en el cuerpo de un hombre se llamaba Fereydun y dedicó toda su vida a la defensa de los derechos de los transexuales.

Su lucha incluyó desde una reunión con la esposa del sha, Farah Diba, antes de la Revolución, hasta una audiencia obtenida por Jomeini en 1983 y la promesa de una nueva “fatwa” (la tercera desde 1963, específica para transexuales) para la legalización del cambio de sexo.

Una operación que, sin embargo, Mariam prefirió hacer muchos años después en Tailandia, y gastando mucho más, porque en su opinión en Irán las estructuras sanitarias aún no están a la altura.

“También en Gran Bretaña y Estados Unidos hay mayores posibilidades de éxito”, explicó Mariam en una entrevista con ANSA, aunque la operación cuesta tres veces más, unos 13.000 dólares.

En realidad, prosigue la mujer, habría médicos dispuestos a ir a Irán -donde hay además excelentes especialistas en cirugía plástica- pero esto no se alienta todavía. Y, sin embargo, una operación no lograda “puede crear graves problemas -subrayó la responsable de la asociación- desde la depresión hasta los intentos de suicidio”.

En todo caso, la cirugía no es la única respuesta a las problemáticas de un transexual, que necesita intervenciones médicas adecuadas pero también de apoyo psicológico.

En el año 2000, bajo la presidencia de Mohammad Jatami, se formó un comité estatal que incluso llevó a nacimiento de una “clínica para el sexo y la sexología”, recordó Mariam, y a medidas de bienestar para los transexuales.

Pero la clínica cerró dos años después de la apertura, y el fondo de asistencia fue cortado en 2009, porque las autoridades “tienen escaso interés en estos problemas”, agregó.

Una paradoja
Sociedad La sociedad iraní es paradójica, se amenaza con pena de muerte por el pecado de homosexualidad y las mujeres sin velo pueden tener problemas, pero la zona gris de la ambigüedad sexual puede hallar incluso cierta tolerancia en las fuerzas del orden.


Policía “Si no se maquilla de modo vistoso no se infringe la ley y no se crean tensiones. Es como si a la Policía se le hubiera ordenado no ser demasiado dura”, explica Mariam Khatoun.


Apoyo También anunció que se está trabajando en una propuesta de ley que instituya un fondo de apoyo médico y psicológico para quien decida operarse. En Europa y EEUU un transexual puede vivir sus relaciones liberalmente, pero en Irán es mejor operarse y cambiar de sexo”, opina.

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