lunes, 27 de marzo de 2017

Luna cambia de identidad de género y logra casarse por lo civil

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“Dios me ayudó”, con esa frase Luna resume lo que veía imposible: casarse por lo civil con el hombre que ama y dejar atrás la idea de una boda simbólica, pues hasta junio de 2016 figuraba con nombre de varón en sus documentos pese a que se considera una mujer.

En El Alto vive la primera pareja que logró casarse por lo civil después de la promulgación de la Ley de Identidad de Género (807), del 21 de mayo de 2016, que permite el cambio de nombre, dato de sexo e imagen en los documentos de identidad por la vía administrativa. Antes el proceso era solo judicial, lo que significaba más gastos, trámites largos y hasta riesgos de no tener resultados.

Por ello, muchos transgéneros (que se identifica con el sexo opuesto pero sin que ello implique cirugías) y transexuales (que opta por operaciones para adecuar su apariencia física) lo veían inaccesible.

Luna muestra su nuevo carnet de identidad.

Pero éste no fue el caso de Luna, de 27 años, quien incluso analizó la Ley 807 para ver si algo le impedía cumplir su más grande sueño: casarse con Henry, un joven heterosexual de 20 años y quien por el momento prefiere no hacer públicos sus apellidos.

La pareja abrió a La Razón las puertas de su hogar, un espacio con estilo minimalista en la decoración, muebles modernos y ornamentos rojos. “Yo lo decoré, me dedico a eso y al estilismo”, se apresuró a explicar Luna.

Ambos se conocieron en 2015 y aseguran que hubo atracción desde el primer momento. “Desde que la vi me agradó, pero soy muy tímido, tuvimos que tratarnos por WhatsApp para conocernos más, hasta que salimos al cine y luego vino el primer beso”, contó Henry.

Noviazgo. Luna notó que en la primera cita él no se dio cuenta de que ella era una mujer transexual, por lo que decidió aclarárselo en el segundo encuentro. “Quería ser honesta con él, se lo expliqué y él no tuvo problemas con eso”.

El certificado de matrimonio y la libreta familiar.

“Acepté y decidí seguir conociéndola. Tuve otras enamoradas, pero nada serio al punto de presentarla a mi familia”, agregó Henry.

Luna recordó que primero hablaron con sus padres, quienes les brindaron su apoyo, como en todo lo que emprende su hija. Pero el temor era que la familia de Henry no la acepte por ser transexual. “¿Cómo vas a estar con una trans?, nunca te dará hijos”, eran las frases que pasaban por su cabeza.

“Teníamos mucho miedo los dos y pensaba en el rechazo que sufren muchos trans por parte de su misma familia, peor de la pareja, pero me sorprendí cuando su mamá me dijo que ella siempre buscaría la felicidad de su hijo y que si yo le hacía feliz, entonces nos apoyaría. Al salir de su casa me puse a llorar y dije que es solo gracias a Dios, él me ayudó, yo creo mucho en él”, expresó la joven.

Sin embargo, para los hermanos de Henry fue más difícil comprender, aunque al final aceptaron a Luna. “Eso fue lo más bonito, que su familia y la mía nos apoyaron, fue un gran paso para lo que vendría después”, dijo Henry.

Luna se maquilla.

Luna quería casarse. “En mayo se aprobó la ley y yo sabía que podía casarme luego porque nuestros documentos de identidad no dicen mujer trans u hombre trans, solo indican hombre o mujer, y la Constitución Política del Estado señala que un hombre y una mujer pueden casarse, y yo quería hacerlo, él estuvo de acuerdo”.

Ella quería aprovechar que 2016 era año par y ambos fijaron el matrimonio civil para el 16 de diciembre. Pero Luna nunca imaginó el “vía crucis” que atravesaría para obtener los requisitos.

La primera traba se dio cuando quiso sacar su certificado de soltería en el Servicio de Registro Cívico (Sereci). “Me preguntaron para qué lo quería y les dije la verdad, para casarme, y el funcionario llamó a su jefe, este jefe al otro jefe y al final me dijeron que no me lo darían porque yo no podía casarme. Me puse a discutir y llegué hasta el director departamental, pero él tampoco daba respuestas”.

Paralelamente, Henry y Luna veían el tema de las invitaciones, el salón, el vestido y el traje, y todo lo relacionado. El contrato fue cerrado con un local ubicado en el Obelisco de El Alto y 200 invitaciones ya estaban repartidas.

Los días avanzaban y la novia no conseguía ninguno de los documentos. Fue así que Luna decidió ir al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para pedir ayuda, pero tuvo otro altercado en la Jefatura de Registros Civiles de La Paz.

Maltrato. “La jefa de esa área me trató mal, me dijo que yo no podía casarme. Las dos terminamos discutiendo feo. Faltaba un día para el matrimonio y ya todo estaba pagado, entonces fui a hablar con el Director Nacional del Sereci y él me explicó de buena manera que sí podía casarme, pero que hay gente que no entiende la ley ni los procesos que está viviendo Bolivia; él fue la única persona amable, después todo fue discriminación”, indicó.

La Dirección Nacional del Sereci autorizó el trámite y Luna por fin consiguió los documentos, no sin antes recibir la advertencia de la Jefatura de Registros Civiles de La Paz de que si su matrimonio sale a la luz corre el riesgo de ser anulado en el caso de que el Tribunal Constitucional Plurinacional acepte el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley 807, interpuesto por asambleístas de oposición y religiosos.

Pero Luna siguió adelante y tropezó con otro problema. Según las normas, el Registro Civil debe publicar un edicto 10 días antes de la unión y la pareja tenía la fiesta lista para el día siguiente. “Ni modo, quedamos en que íbamos a llegar al local como si ya nos hubiéramos casado en la casa, y así lo hicimos”.

Pasó la fiesta y el 30 de diciembre de 2016 la pareja recibió en su hogar, junto a familiares y padrinos, a Marisol Galván, oficial de registro civil de El Alto, quien llevó a cabo la ceremonia y les entregó el certificado del matrimonio civil y la libreta de familia.

“2016 fue mi mejor año, todo se armó tan bonito, como si Dios hubiese marcado mi destino para que me pase todo esto, no me canso de agradecerle y por eso, con Henry, vamos a misa todos los domingos”, manifestó Luna.

Henry contó que también se siente afortunado y agradecido. “Me siento muy feliz con ella, compartiendo, viéndola desde que nos levantamos hasta que nos volvemos a dormir. La quiero demasiado y sé que tomé la mejor decisión al haberme casado con ella. Dios sabe por qué nos puso al lado”.

Legalidad. La pareja mostró a este medio los documentos originales que acreditan que son esposos. El certificado de matrimonio lleva el número 730527, el número de partida 74 y los sellos del Sereci.

El vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral, Antonio Costas, confirmó que se trata del primer y único caso después de la promulgación de la Ley 807.

Henry y Luna ingresan al salón de la fiesta, el 16 de diciembre de 2016.

“En diciembre ella presentó la documentación e indicó que se sometió a cirugías. Pero tenemos ciertas consultas que fueron transmitidas a la Asamblea Legislativa”.

Al respecto, la representante adjunta de la Defensoría del Pueblo, Tamara Núñez del Prado, afirmó que el matrimonio de Luna y Henry “es 100% legal” .

“Lo que hace la Ley de Identidad de Género es reconocer la personalidad jurídica de la autodeterminación de transgéneros y transexuales, y en Bolivia no hay ciudadanos de primera o segunda clase, solo ciudadanos, por tanto todos y todas tenemos los mismos derechos y obligaciones”, indicó.

Aclaró que la Ley 807 no habla de matrimonio, sino del cambio de identidad de género en documentos por vía administrativa. “Las bodas civiles existen hace mucho, hay una pareja similar casada hace 20 años, cuando no había esta norma”.

Luna llevó un vestido blanco.

Solicitudes de cambio de identidad

Informe

De acuerdo con los datos de la Defensoría del Pueblo, desde mayo de 2016 al menos unas 100 personas transexuales y transgénero obtuvieron su resolución para cambiar su identidad en documentos de identificación.

Regiones

Las solicitudes fueron realizadas en ocho departamentos, excepto en Pando.

Dificultades

Se identificó problemas en Sucre por la falta de entendimiento de la Ley 807 por parte de funcionarios. En Tarija hubo retardación en la entrega de las resoluciones, pero el Órgano Electoral y el Sereci resolvieron los problemas de inmediato.

Los esposos muestran el anillo.

El TSE pide aclaraciones a Asamblea Legislativa

Defensoría del Pueblo considera que las dudas carecen de fundamento

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó el matrimonio civil de Luna y Henry como el primer y único caso tras la puesta en vigencia de la Ley de Identidad de Género (807), pero pidió aclaraciones a la Asamblea Legislativa “en función de la verificación ginecológica”.

“Hemos emitido una consulta a la Asamblea para que nos explique debido a que hay ciertas imprecisiones en la normativa, en función de la verificación ginecológica y cómo será el procedimiento de la misma. Es un tema sensible, lo hemos tratado en la misma sala y se acordó esta interrogante dirigida a la Asamblea”, informó el vicepresidente del TSE, Antonio Costas.

Aclaró que cuando Luna solicitó el trámite indicó que era una mujer transexual, por lo tanto sí se habría sometido a cirugías para asumir su identidad de género.

“Si eventualmente se diera un matrimonio del mismo sexo, hay previsiones legales, hay una nulidad tácita de esta unión”, señaló.

Al respecto, Luna consideró que esos aspectos son secundarios porque existe un certificado de nacimiento que reconoce a una persona transgénero o transexual con su nueva identidad, lo que le da derecho a casarse con otro del sexo opuesto, tal como establece la Constitución Política y el Código de las Familias.

“Si una mujer transexual desea contraer matrimonio con un hombre sería heterosexual. Verlo de otro modo es discriminación porque ella dejó de ser un varón para el Estado”, argumentó Luna.

Tamara Núñez del Prado, de la Defensoría del Pueblo, aseguró que las dudas del TSE no tienen fundamento. “El parágrafo II del artículo 11 de la Ley 807 dice que todos adquieren derecho inherente a la nueva personalidad jurídica, sea hombre o mujer. En este caso, Luna hizo la terapia de reemplazo hormonal y vive como mujer”.

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