El sueño de verse convertida en mujer le llevó ocho años y ahora llegó a Santa Cruz para apoyar los derechos humanos. “Tuve que conseguir 47 mil euros para lograr la reasignación de sexo”, contó.
Recordó que en Bolivia tuvo serios problemas como transformista, hecho que hizo que viajara a España en busca de oportunidades. “En el país, al darse cuenta de mi tendencia sexual, me retiraron del trabajo y tuve que dedicarme al comercio al no hallar empleo”.
“Con el pasar de los años logré ser aceptada como transexual, lo que me ayudó a conseguir trabajo y reunir dinero. Entre la cirugía y el periodo postoperatorio, la recuperación tardó como un año. Durante ese tiempo no trabajé y conseguí apoyo”, agregó. Según Yara, la operación fue muy dolorosa y la recuperación física y psicológica lenta, pero cree que “al final valió la pena”.
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