domingo, 15 de marzo de 2015

Transgresión transformista

S on 20 años de transgresiones de la Familia Galán. Este recorrido histórico es un cúmulo de crónicas del tacón, presentadas en primera persona, citando algunos fragmentos de la escritora chilena Diamela Eltit, recogiendo voces, fotografías y propuestas artísticas de Tony Suárez, Eric Bauer, Alfredo Müller y otros, que con mucha frescura se inspiraron en nosotros.
Las Galán nacemos en 1995 inspirados en Diana Sofía Galán, quien primero transfiere el arte del transformismo a su grupo de amigos más cercanos, que adoptan el apellido Galán: la desaparecida Eda Sabrina, Jolie, Leonela y Paris Galán. En el año 2000 me conecto con las Galán, seducido por el transformismo y la posibilidad de generar un movimiento libertario y autónomo sobre nuestra sexualidad.
La primera conexión teórica y lúdica se da con Paris, con quien realizamos las primeras travesuras que invaden las calles y lugares antes no transitados por nuestra diferencia. Después de varias apariciones en bares y discotecas nocturnas, adoptamos un transformismo mucho más agresivo, irónico e interpelador, asociándolo con el drag queen (término utilizado para describir a un hombre que se viste y actúa como una mujer de rasgos exagerados).
El año 2001 hacemos nuestra primera aparición pública. En ese momento ya se percibía la necesidad de hacer otro tipo de acciones, alejadas del activismo institucionalizado, y más cercano a la interpelación social desde las calles. Ese año ya nos denominamos Familia Galán, presentándonos en el Festival de Ciudadanía Sexual Placer en la Plaza, en diciembre de 2001 en la ciudad de La Paz. Es en este festival donde Susanna Rance se hermana como K-os Galán, se interesa por nuestras actividades y comienza a teorizar y ver plasmadas en carne, esponjas, tacos y pelucas las teorías performativas de Judith Butler.
El autonombrarnos como "familia” no fue inocente, fue una respuesta a los grupos "pro-vida” y fundamentalistas religiosos que defendían la "familia nuclear y heterosexual”. Nuestra propuesta consistía básicamente en reivindicar las distintas formas de ver las familias como comunidades afectivas, unidas por el amor, la hermandad y la necesidad de tenerse. Es ahí donde la Familia Galán surge por decisión propia, sin imposiciones, siempre conectada a nuestras acciones públicas y discursos políticos, interpeladores a los conceptos de género y sexualidad binarios y conservadores. Nuestra sola presencia era, de por sí, una intervención política.
Tomando espacios de poder
Son célebres nuestras apariciones en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz, centro del poder estatal, así como las transgresiones urbanas en el paseo de El Prado y muchos espacios públicos, cruzando fronteras de nuestro país con esta propuesta.
La Familia Galán ha tenido una gran influencia dentro del movimiento TLGB de Bolivia, puesto que a través de nuestra agenda, desde la "estética Galán”, otras agrupaciones se apropiaron del transformismo drag queen y lo expresaron en distintas propuestas organizativas, tales como Las Divas, las Familias Holiday, Anderson, Salvatierra y otros grupos.
Nuestros nombres son productos de pasiones y deseos. La reconocida Diamela Eltit llega el año 2004 y, enamorándose de la propuesta, escribe en la revista Rocinante de Chile, sobre la esencia política de nuestra presencia provocadora: "En la ciudad de La Paz, Bolivia, la Familia Galán busca, mediante sostenidas intervenciones públicas, generar un nuevo enclave cultural. Básicamente su trabajo consiste en la irrupción, de manera orgánica, en espacios emblemáticos en la ciudad -casa de Gobierno, instituciones jurídicas, frontis de iglesias- con sus vestimentas extremadamente antirrealistas que parecen extraídas del sueño bizarro de una diva capturada por un agudo trance fashion. Sus nombres familiares -no civiles- también condensan esa artificialidad que los enmarca: Danna, Kris-is, Paris, Dolor, K-os, Calipso, Pecado, Pasión, Vizio, Katrina, Alisha, Letal, Fatal, Irán. Un conjunto de nombres que parecen sacados de un afiebrado santoral digital. Un santoral que fuera activado por el brillo de una mano enguantada circulando por una disco periférica”.
Esta popularidad y curiosidad por nosotros, hace que el mismo año nos inviten a K-os y Danna Galán a Santiago de Chile al encuentro Sexualidades contemporáneas, donde conocemos al maravilloso Pedro Lemebel, el escritor marica más importante de la resistencia chilena, que hace pocas semanas se alejó de este mundo terrenal. Al verlo, puedo imaginar todo lo que había leído de él, su presencia en los años 80, en plena dictadura, cuando Pedro y Francisco Casas, dos Yeguas del Apocalipsis, realizaban intervenciones como forma de protesta que, según las memorias de la prensa chilena, "eran las más delirantes provocaciones artísticas de las que se tenga memoria en Chile”.
Ese encuentro con Pedro me recuerda constantemente su presencia y cariño cuando vuelvo a leer las dedicatorias que nos escribió en sus libros: "A mis primas Galán, estas letras que se empañan en la humedad de su mirada”. "Este puñado de crónicas, derramadas en su taconeado patinar”. "Para Danna y Katrina este collar de besos”. Frases conectadas a una de las crónicas más hermosas que regaló a Bolivia: Carta a un niño boliviano que nunca vio la mar, la cual nos la entrega con el encargo de leerla públicamente en todos los espacios callejeros posibles de la ciudad de La Paz. Así lo hicimos.
En 2009, otro encuentro político significativo fue con Giuseppe Campuzano en la ciudad de Lima, quien me regala un museo travesti de bolsillo, un revolucionario trabajo sobre la presencia travesti y su tradición histórica en Perú: "Toda peruanidad es un travestismo, el museo nace de la necesidad de una historia propia, ensayando una arqueología de los maquillajes y una filosofía de los cuerpos, para proponer elaboración de metáforas más productiva que cualquier catalogación excluyente”.
Memoria histórica
Esta herencia política refuerza las acciones de la Familia Galán, inspirando la búsqueda de la memoria histórica de las Chinas Morenas para visibilizar esta Bolivia travesti.
Estas complicidades, gestadas desde la letra, el maquillaje y los tacones, son parte de la propuesta contestataria de la Familia Galán, usando la provocación como herramienta de denuncia política; no somos solamente un colectivo trans, somos una representación estética que remueve los valores conservadores, abriendo nuevos espacios de diálogo.
Jhonny Antelo dice al respecto: "La gente los reconoce como los íconos trans bolivianos, asociándolos con el ejercicio de derechos y libertades. Son un movimiento estético con una amplia acción política y propuesta social revolucionaria que se ha apropiado, simbólica y físicamente, de un espacio en el corazón del público. No sólo como transformismo, sino como una ideología que intenta romper con lo supuestamente normal sobre la cultura, la educación y la información; además de la sexualidad y el género para repensar desde otros enfoques una verdadera revolución social”.
Estética política
Nuestra estética es política, ha conquistado un país, desde fotógrafos a escritores, desde las fiestas populares a galerías de arte. En 2014, Alfredo Müller, el controversial pintor cruceño que seduce escandalizando y manteniendo una permanente polémica con la sociedad conservadora de la ciudad de Santa Cruz, invitó al público paceño a realizar un viaje inolvidable a través de su pintura, con la muestra Estéticas Galán, donde reúne retratos representativos de París, Danna y Alisha.
"La presencia de la Familia Galán se ha apoderado de un espacio importante dentro de lo que va del siglo XXI, en la historia del arte y de los corazones de los paceños. Esta muestra promete ser imperdible por los ingredientes que contiene, porque tanto Müller como la Familia Galán son representativos del arte tanto cruceño como paceño en lo que va del siglo, indudablemente. Su contribución a la formación de nueva estéticas en el país es obvia y su lugar en la historia de ambos partenaires está asegurado; han marcado su presencia y los medios han tenido un largo y duradero romance con ellos” (Jhonny Antelo, curador de la muestra).
Somos una familia porque así lo decidimos. Este resumido viaje por pasajes, recuerdos y acompañado por las memorias, palabras e imágenes poderosas, nos motiva a seguir transformando. Por ello, me permito volver a traer las palabras de Diamela Eltit para cerrar este recorrido: "La familia Galán renuncia a establecer clasificaciones fijas porque las identidades son construcciones sociales en permanente movimiento y, por lo tanto, no pueden ser petrificadas. La propuesta de trabajo de la Familia Galán podría constituirse en un dispositivo cultural, activamente político, que permitiría contrarrestar una de las condicionantes más complejas que buscan implantar lo ‘políticamente correcto’, como es el afiliarse obligatoriamente a definiciones reductoras”.
* El autor es activista por los derechos humanos (davidctor@gmail.com).

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