domingo, 28 de abril de 2013

Matrimonio homosexual,aún no hay debate en Bolivia

Ya son 14 los países en el mundo que reconocen las uniones entre parejas del mismo sexo. Muy cerca de Bolivia: Argentina y Uruguay; también Canadá y nueve naciones en Europa. Parece una ola imparable de reconocimiento de los derechos de quienes tienen una identidad de género diferente: son gais y lesbianas que reclaman el derecho de formar un hogar. El debate está instalado en el mundo a pesar del rechazo social, liderado por sectores religiosos que condenan esta posibilidad.
¿Qué pasa en Bolivia? Las parejas homosexuales tienen uniones simbólicas frente a testigos que son amigos, pero que no están reconocidas por las leyes. Cuando se pregunta cuál es la realidad, Víctor Hugo Vidangos expresa que, tras la viudez, la pareja no tiene derecho a heredar los bienes; tampoco puede gozar del seguro de salud que beneficia a su conviviente ni autorizar una operación, en caso de emergencia médica. “Ni siquiera podemos llorar a nuestro muerto en paz. Hasta para eso hay que esconderse”. Por eso, presentó un anteproyecto de ley para que se reconozcan las uniones civiles.
La legalización de las bodas entre personas del mismo sexo comenzó en Holanda en 2001. Y fue en 2009 que en Bolivia se aprobó la nueva Constitución Política del Estado.
Para la comunidad homosexual, la Carta Magna es una de las pocas que reconoce la igualdad de todos los ciudadanos. En el artículo 14 está explícito que se prohíbe y sanciona toda forma de discriminación, además de dejar explícito el reconocimiento a la orientación sexual y a la identidad de género (sea heterosexual, homosexual o bisexual); sin embargo, también considera que la Constitución es contradictoria porque en el artículo 63 establece que el matrimonio es la unión legal entre hombre y mujer, dejando a un lado a las parejas del mismo sexo.
En esa línea, en 2011 se presentaron dos proyectos de ley a la Asamblea Legislativa. El primero plantea el reconocimiento de los derechos de las parejas de hecho, independientemente de que estén constituidas por parejas heterosexuales u homosexuales. Entre los derechos defendidos se busca el reconocimiento de parte del Estado, a través del Registro Civil; asimismo, reclama que la pareja contribuya al mantenimiento del hogar en iguales condiciones y que haya derecho sucesorio (herencia) en caso de fallecimiento; pide que el cónyuge pueda acceder al seguro social de su pareja, entre otros derechos. En este caso, no se habla de celebración de bodas ni de adopción de hijos.
Por el contrario, el segundo proyecto de ley propone que la Constitución sea interpretada y que se legalice el matrimonio entre personas del mismo sexo, con todos los derechos y deberes de los matrimonios entre heterosexuales. Este planteamiento propone que la Asamblea Legislativa corrija la contradicción de la Constitución, que, por un lado, sanciona la discriminación y, por otro, discrimina a las parejas homosexuales cuando habla de matrimonio solo entre hombre y mujer.
Álex Bernabé, presidente de la Fundación Igualdad LGBT, señala que el Gobierno respaldó mediante decreto el plan nacional de derechos humanos para vivir bien en 2009. En el punto siete, el Estado boliviano se compromete a redactar un proyecto de ley de unión conyugal que regule y reconozca los derechos de personas con diferente orientación sexual para asegurar la sucesión de patrimonio, relaciones personales y otros asuntos.
Ambos proyectos de ley están en la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa; sin embargo, no están en la agenda de debates ni su análisis está en los planes de los asambleístas, según su presidente, Heberth Moya.
Tanto Bernabé como Vidangos afirman que a los asambleístas no les interesa el tema. El primero señala que el anteproyecto de reconocimiento a las uniones de hecho fue entregado a todos los presidentes de la Brigada parlamentaria cruceña y que solo la diputada Éricka Claure se animó a presentarlo. Bernabé coincidió y lamentó que ambos documentos duerman en alguna gaveta del Poder Legislativo

EN EL MUNDO

Holanda fue el primero
En 1998 se reconoció la legalidad de las uniones civiles y en 2001 se dio luz verde a las bodas entre parejas del mismo sexo, con todos los derechos, incluso el de la adopción.

En Sudamérica
Argentina fue el primer país en aprobar las bodas entre homosexuales, tras un largo debate. Este año Uruguay dio el visto bueno. El senado colombiano rechazó esta posibilidad.

En Bolivia
La Constitución pone un candado porque reconoce matrimonio solo entre hombre y mujer. No obstante, hay dos proyectos de ley en la Asamblea Legislativa.

ANÁLISIS

“No debemos permitir que pase en Bolivia”
Erwin Bazán VOCERO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE SANTA CRUZ
La aprobación de las uniones homosexuales en varios países es un atentado contra la naturaleza auténtica del matrimonio y la familia constituida por la unión de hombre y mujer. Aunque el “loby gay” consiguió que en algunos países se aprueben estas uniones, también hay que valorar que en otros primó la sabiduría y responsabilidad de los legisladores que rechazaron tales leyes, como sucedió esta semana en Colombia. Tampoco hay que olvidar que aún en los países donde han sido aprobadas estas uniones, como en Francia, la gran mayoría de la población no está de acuerdo y se está movilizando en señal de protesta. Por tanto, hay que pensar que también la retracción es posible, de hecho hay recursos legales para hacer respetar el real matrimonio. Sabemos que en Bolivia el ‘lobby gay’ seguirá presionando de varias formas, por eso los católicos debemos despertar y no permitir que suceda lo que en muchos otros países para no tener que lamentarnos después. Es importante salvaguardar el matrimonio y la familia por ser un valor fundamental de la persona y de la sociedad.
Nada tiene la Iglesia contra las personas homosexuales o contra el reconocimiento de sus derechos individuales, pero es diferente el querer ignorar la ley natural por la que está regido el matrimonio. Una cosa es regular jurídicamente las uniones entre personas del mismo sexo en el ámbito de los derechos civiles y patrimoniales y otra es querer brindar a estas uniones un reconocimiento jurídico que, implícitamente, subvierte el orden establecido por la naturaleza humana y también por nuestro marco constitucional y legal

LA COMUNIDAD HOMOSEXUAL ESTÁ DIVIDIDA EN BOLIVIA
Los límites para el reconocimiento de los matrimonios o uniones de hecho entre homosexuales están las organizaciones de activistas que promueven esas leyes.
Hay división de criterios y de acciones para lograr los objetivos. La diputada Éricka Claure, que presentó el proyecto de ley a la Asamblea Legislativa, señaló que el debate se estancó porque el documento había sido redactado en Santa Cruz y los activistas de La Paz lo cuestionaron y se apresuraron a presentar otro. Según ella, la intención de reconocer los derechos de esta comunidad tiene respaldo y tam- bién rechazo en el Legislativo, pero ese no es el problema.
Vidangos criticó a los activistas paceños y dijo que viven de victimizarse, porque así reciben dinero del extranjero, el cual no fluiría si sus derechos fueran reconocidos. Por su lado, Álex Bernabé admitió la división, pero apoyó cualquiera de los dos proyectos, siempre que sus derechos sean reconocidos.

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