sábado, 27 de agosto de 2016

Gilda, el logro de ser mujer tras cambiar de identidad



Nació en Tarija el año 1995 y sus padres le asignaron el nombre de Eymar, pero hace dos semanas atrás, con 21 años cumplidos, cambió su identidad de manera oficial y hoy es conocida como Gilda Rachel.

Se trata de la primera persona transexual tarijeña que se benefició de la normativa boliviana que permite cambiar la identidad de género a un ciudadano, y por eso hoy cuenta su historia.
Gilda recuerda que de niño ya mostraba su gusto por la ropa y accesorios femeninos. Cuando se trataba de jugar, prefería hacerlo con sus primas, manipulando muñecas y ollitas. De hecho, cada vez que alguien le regalaba algunas monedas, las juntaba y se compraba juguetes para niñas.
Cuenta que cuando sus padres se dieron cuenta de sus preferencias, intentaron hacerla cambiar, pero lo que más le dolió fue el rechazo de su padre, quien junto a su hermano, le reprochó sus gustos. “Me decía constantemente ‘Tú no eres mi hijo’, pero mi mamá siempre me apoyó ante el rechazo de mi papá y de mi hermano”, se refiere a la reacción en su familia, ante sus primeros cambios.
Rachel vivió en un entorno de mucha violencia, pues hasta sus 11 años, era “natural” para ella ver a su padre propinar golpizas a su madre, quien muchas veces terminaba sangrando. Dice que tal vez por eso su hermano se convirtió también en una persona violenta.
Discriminada
Sin embargo, eso no fue todo lo que tuvo que soportar en su infancia, pues a este duro ambiente familiar, se sumó la difícil etapa del colegio, que se volvió más complicada por su identidad transexual.
“Ahí está el maricón, el gay”, era a menudo lo que Gilda debía escuchar en el colegio. A veces los insultos pasaban a los golpes, que -en algún momento- la llevaron al hospital porque sus compañeros la empujaron de las gradas del colegio. En esa ocasión, su hermano -quien estudiaba en el mismo colegio- no pudo defenderla como solía hacerlo siempre que debía enfrentarse a este problema.
“Me sentía muy mal y me deprimía. No quería estudiar. Repetí tres veces tercero de primaria, sentí que mi maestra también me discriminaba”, relata y añade que incluso había una profesora que la trataba mal por su manera de ser.
Sin embargo, en esa etapa, hubo momentos que fueron buenos, puesto que logró el apoyo de sus compañeras, vio que expulsaron a la maestra discriminadora e ingresó otra que la apoyó hasta el quinto grado de primaria. Pero para su mala suerte, en el siguiente curso sintió nuevamente la discriminación y optó por abandonar el colegio.
Hace cuatro años intentó retomar sus estudios; sin embargo, las constantes burlas de sus compañeros por su apariencia física le hicieron desistir y decidió trabajar.
La segregación por su identidad de género no sólo la sufrió en esta etapa, sino que continuó en su juventud en espacios institucionales, públicos, privados y laborales. “El momento más triste de mi vida fue cuando alguien intentó matarme y violarme. Y aunque acudí a la Policía no sentí su apoyo, no me creyeron que yo era la víctima”, añade.
Las experiencias de discriminación hacia Gilda no quedan ahí, ya que cuando decidió abrir una cuenta de ahorros en el banco, al momento de presentar sus documentos de identidad donde estaba reconocida como hombre, no le permitieron realizar el trámite. “Acá vemos a un hombre y tú tienes una apariencia diferente. Tienes que venir como hombre y punto”, le dijeron.
Recuerda también otra ocasión en la que buscaba trabajo y le negaron por su apariencia. “Si alguien viene y me pregunta tu nombre, no puedo mostrarles tu carnet de varón, siendo que tienes apariencia de mujer. No te puedo dar trabajo por ese tema”, le dijeron.

La gran noticia
Empero, el sábado 21 de mayo de 2016, Gilda lloró de felicidad. Caminaba afanosa de un lado a otro contando la buena nueva a su mamá, a su hermano y a todos los que encontraba a su paso.
¿El motivo? el Vicepresidente del Estado Plurinacional, Álvaro García Linera, estampó su firma en la Ley N° 807 de Identidad de Género, que dio luz verde para que las personas transexuales y transgénero, realicen la solicitud del cambio de su nombre, dato del sexo e imagen en sus documentos de identidad.
La ley había sido promulgada seis meses después de que el Colectivo TLGB (Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales) presentara el proyecto en el Palacio de Gobierno. “Por fin se nos hizo este derecho para tener una identidad. Ahora podré manejar mi carnet de identidad dignamente y dirá que soy mujer”, exclamaba.
Su familia, amigas, amigos y compañeros de trabajo le felicitaron, pues sabían que era algo que ella buscaba desde hace mucho tiempo; sin embargo, así como escuchó voces de apoyo, también escuchó las voces de rechazo a la Ley.
De esta manera, Gilda fue una de las primeras ciudadanas transexuales en presentar sus documentos en el Servicio de Registro Cívico (Sereci), el 1 de agosto de 2016, fecha en que entró en vigencia la Ley.

El cambio
El lunes 15 de agosto, dos semanas después de que entregó sus documentos de solicitud, Gilda visitó nuevamente las oficinas del Sereci y el director de esta instancia, Alberto Mealla, le entregó la Resolución Administrativa que facultó el cambio de nombre propio y datos de sexo en el certificado de nacimiento.
“Con esto se me abren muchas puertas. Gracias a mi Certificado por fin voy a ser reconocida en el Estado”, expresó Gilda. Recuerda que durante las dos semanas que duró el trámite, esperaba ansiosa su nuevo Certificado de Nacimiento para así, iniciar inmediatamente el trámite de su nueva cédula de identidad.
Ahora tiene la esperanza de poder terminar sus estudios y realizar una carrera profesional como periodista. “Quiero trazarme más metas”, cuenta.
“No me cambiaría por nadie”, dice orgullosa de su identidad. “No soy una mujer biológica, no tengo vagina, pero a mí no me hace más mujer tenerla. Me siento mujer por los sentimientos y cualidades que tengo”, finaliza.

Apoyo
Joel es uno de los amigos de Gilda, pero además, es representante del Colectivo TLGB de Tarija. Afirma que está “orgulloso” de los logros de su amiga. “No espera aprobación, siempre persevera y a pesar de las pruebas difíciles que ha atravesado en su vida, ha sabido superarse y seguir adelante”, añade.

En Tarija se presentaron y aceptaron 3 solicitudes

El director departamental del Servicio de Registro Cívico (Sereci), Alberto Mealla, informa que desde el 1 de agosto a la fecha, fueron presentadas en el departamento tres solicitudes para el cambio de identidad de género, mismas que ya fueron aceptadas y se encuentran actualmente en la dirección nacional del Sereci.
Explica que entre los requisitos que deben cumplir, se encuentran: carta de solicitud de la parte interesada, un informe psicológico, certificaciones del Sereci en cuanto a su descendencia, estado civil e identificación de la persona.
También se debe presentar certificación del Servicio General de Identificación Personal (Segip) y certificaciones del Rehab. Una vez cumplida la documentación, se hace el análisis de la misma y si se cumple, se acepta, caso contrario se observa.
Si se observa la documentación, se da un plazo de cinco días a la persona interesada para que se subsane el error. Si cumple con todos los requisitos, se hace la autenticación de la persona biométricamente y posteriormente se solicita un informe técnico y legal.
Una vez con ambos informes, se emite la resolución administrativa que autoriza el cambio de nombre y de sexo en la partida de nacimiento del solicitante. Posteriormente se remite toda la documentación a la dirección nacional del Sereci para que las instituciones que establece la ley, se puedan notificar con la resolución, a efectos de realizar el cambio en sus registros.
Mealla explica que todo el trámite, desde el momento en que se presenta la documentación hasta que se emite la resolución para el cambio de identidad de género en el certificado de nacimiento, tarde entre 15 y 20 días.

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