lunes, 1 de agosto de 2016

Los deportistas transexuales están lejos de ser olímpicos

Mientras medio planeta mira ya hacia la fantástica Río de Janeiro para escudriñar el discurrir organizativo de los primeros Juegos que se celebrarán en Sudamérica, la comunidad LGTBQ (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales y Queers) mundial afronta la próxima cita olímpica con expectativas prematuramente rebajadas.

En la metrópolis brasileña competirán apenas 16 deportistas públicamente reconocidos como homosexuales y, probablemente, ningún transexual declarado, pese a la nueva normativa que en Río 2016 regirá para este colectivo, apunta el diario español La Vanguardia.

El pasado enero, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió permitir la participación en los Juegos de deportistas transexuales sin necesidad de que se hayan operado para reasignar también su genitalidad. Pero la medida, pionera a este nivel, apenas ha cambiado su insólito panorama deportivo.

"Va a ser complicado que un deportista español trans consiga plaza olímpica. Yo calculo que, como mínimo, pasarán entre 12 y 16 años para que eso suceda”, afirma Antía Fernández, la primera deportista trans en disputar una competición oficial en España, en la segunda división de la liga femenina de voleibol con el club Calasancias de La Coruña, en Galicia.

"Como todo aquel que hace deporte, queremos ser parte de la alta competencia. Pero creo que aún falta un cambio de mentalidad porque todavía nos siguen considerando diferentes”, añade la voleibolista argentina Jenifer Fernanda Delgado, que integra el equipo Gapef de la ciudad de Buenos Aires.

Argentina, que cuenta con una de las leyes de identidad de género más progresistas del mundo, y España, que en 2007 se convirtió en el cuarto país del mundo en aprobar los matrimonios homosexuales al tiempo que regulaba la reasignación de género, ilustran las tremendas dificultades que las personas transexuales tienen para ser aceptadas, también en el deporte.

El ejemplo de Chris Mosier
Pese a la incansable lucha de Chris Mosier, el triatleta estadounidense que en buena medida obligó al Comité Olímpico Internacional a modificar la estricta normativa que desde 2004 regía para los atletas transexuales el camino por recorrer es todavía demasiado largo.

Mosier, el primer transexual en participar en un Mundial con la selección absoluta de EEUU el pasado junio, no estará en Río.

Quizá tampoco lo estén las dos atletas británicas transexuales que, según lo publicado por medios del Reino Unido, ya disputaron campeonatos continentales y lograron la marca para Río.

Por "miedo a ser ridiculizadas” no han querido revelar sus nombres y sopesan todavía la posibilidad de integrar el equipo olímpico británico, pese a cumplir con los requisitos.

El COI tardó 12 años en reconocer que exigir la operación genital a los deportistas transexuales "no es necesario para preservar una competición justa” y que esa exigencia podía, además, ir en contra de las leyes y de los derechos humanos.

Panorama actual

Intolerancia Los transexuales tampoco han encontrado facilidades en el deporte, un terreno donde el insulto y la ridiculización son habituales. Compartir vestuario y cancha con otros deportistas que tienen la misma identidad de género, pero distinta genitalidad, es aún una rareza en la mayoría de países.
Canadá Es, probablemente, el país que más pasos dio en los últimos años para promover la inclusión de los deportistas transexuales, pero aún así, no consta que su delegación en Río de Janeiro vaya a convertirse en el país pionero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario