jueves, 21 de julio de 2011

Lo difícil de ser gay o lesbiana y mantener un empleo estable

“No te botan de tu trabajo porque seas gay o lesbiana, te botan con cualquier pretexto. Se socapa los prejuicios, se socapa la discriminación”, asegura la presidenta nacional del colectivo de personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales (TLGB), Ángela Fuentes, confirmando así los estudios realizados por Conexión Fondo de Emancipación que indican que al menos cuatro de cada diez personas pierden su empleo por ser gay, lesbiana o travesti.

Conexión Fondo de Emancipación elaboró un estudio en coordinación con el colectivo TLGB para tener un diagnóstico de las condiciones de vida, discriminación y derechos de las diversidades sexuales de este colectivo. La encuesta fue realizada a un total de 632 personas de las 10 ciudades capitales, incluída El Alto, de Bolivia.

Respecto al tema laboral, la encuesta arroja resultados que indican que el 41,6 por ciento sufrió despidos injustificados.

Ángela Fuentes explica cómo se va registrando la discriminación en los lugares de trabajo comenzando por el acoso.

“Cuando los compañeros de trabajo se enteran que una es lesbiana surgen insinuaciones y bromas. El segundo paso es desacreditarte como persona, hacen grupos sociales sin tomarte en cuenta, ser la burla de la oficina”, dice Fuentes.

El 65,32 por ciento de los encuestados indicó haber sido discriminado por colegas de trabajo, el 54,4 por ciento por gerentes o jefes. Al 37,6 por ciento le negaron las oportunidades de ascenso.

“Hay sabotaje, se te asigna las tareas más difíciles y luego en la hoja de despido lo que normalmente sale es que es una persona problemática... No ha sido expulsado por gay o lesbiana, sino por problemática”, sostiene la presidenta del TLGB.

A esto se suman los indicadores de que el 32,26 por ciento no pudo cobrar sus beneficios sociales y el 38 por ciento no consigue los salarios acordados con su empleador. Y de los que buscan empleo a más de tres de cada 10 se les niega la oportunidad y a más de cuatro les dicen que el puesto ya fue ocupado.

Según las estadísticas obtenidas en este estudio la población más vulnerable de este colectivo es la de personas trans (travestis y lesbianas).

La percepción de homofobia llega a un 45 por ciento en las ciudades capitales del país.

Batalla en salud y educación

Cuando una travesti llega a un hospital, cualquiera fuera el motivo, el personal de salud lo asocia con Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) o Sida, según los testimonios de esta población del colectivo TLGB. Los califican como “maricón” y otros, mientras sufren también la afección física.

Según la encuesta el 73 por ciento ha sufrido algún tipo de violencia en la salud entre negarles la atención, la no atención de especialistas y malos tratos.

El 75 por ciento también ha sido víctima de agresión psicológica en el ámbito educativo con expulsiones de instituciones educativas, discriminación de docentes, compañeros y otros.

Los genitales no construyen la identidad ni el género de nadie

No soy la imitación, ni el remedo de una mujer. Mi nombre es Rayza Torriani García. El nombre que mis padres me dieron es Víctor Torriani García, y si ustedes me ven ese nombre no va con mi construcción. Yo no soy un hombre que se viste como mujer en momentos ocasionales, soy una mujer travesti, trasgénera que asume una identidad femenina. Legalmente quien existe es Víctor Armando, pero eso no va conmigo.

He presentado ante el área judicial la documentación (incluído certificados de médico psiquiatra) para que pueda ser sorteado un juez y pedir el reconocimiento de mi nombre social como Rayza Torriani García, para que pueda eso ser un logro emblemático en Bolivia y pueda garantizar que no se vulneren más mis derechos para votar, tener acceso a la salud, a la educación y demás. Todo es posible porque está plasmado en la Constitución y otras normas que garantizan el derecho a la identidad.

Soy travesti y no tengo aún una cirugía para reasignación de sexo. Los genitales masculinos no construyen la identidad ni el género de la persona, lo que construye es quién soy, cómo soy, cómo me hago ver ante la sociedad y eso es el respeto.

Homosexuales buscan seguridad y “no el rito matrimonial”

La población de gays y lesbianas busca el reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo para tener seguridad legal y no sólo por cumplir “el rito matrimonial”.

La opinión del colectivo encuestado respecto a si existiese el reconocimiento legal para uniones civiles entre personas del mismo sexo indica que el 60 por ciento tiene la intención de hacerlo, un 30 por ciento tiene dudas y un 10 por ciento no piensa en unirse de forma legal a su pareja.

No todos estos grupos buscan que se apruebe el matrimonio.

Aunque Franz Artega, miembro de la Coalisión Boliviana de las Poblaciones TLGB (Coalibol), aclara que su principal objetivo es tener seguridad legal.

“Nuestra demanda es política”, dice Artega aclarando que lo que se busca es el reconocimeinto legal de la pareja y que, por ejemplo, en caso de muerte pueda darse la herencia.

Ejemplifican el caso con la muerte de algunos homosexuales que vivieron en pareja por años, hicieron patrimonio, pero su pareja quedó sin nada porque no existe reconocimiento legal y quien heredó fue la familia que en muchos casos discriminó a su familiar.

Ahora trabajan en la elaboración de la Ley Interpretativa para Uniones Legales de Hecho, a nivel nacional, aunque en Santa Cruz y Cochabamba estas poblaciones presentan propuestas a nivel local.

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