martes, 17 de mayo de 2016

Mayra Claros: "Ya no soy transexual, soy mujer"

Mayra Claros Gutiérrez una de las personas conocida como transexual, asegura que ahora es toda una mujer, algo que le costó mucho tras ser discriminada a todo nivel empezando por su familia y de algunas personas de la sociedad que al pasar el tiempo logró conquistar y ser querida.

En una conversación con LA PATRIA, por recordarse este 17 de mayo el día contra la homofobia, contó que este proceso de convertirse de varón a mujer fue difícil desde sus primeros años cuando le gustaba jugar con muñecas y no como los varones con pelotas o autitos.

Cuenta que le gustaba cocinar y ser niñera en su casa, algo que se dio cuenta su maestra de psicología, quien le contó a su madre que su hijo era gay porque sus compañeros le molestaban por su forma de ser, algo por lo que su progenitora hizo un escándalo por ser conservadora.

Para mantenerse, aprendió el trabajo de peluquería para evitar prostituirse, un trabajo que muchas de sus colegas deben asumir para mantenerse ante la falta de empleo por su condición.

Después de pasar muchas cosas, pudo viajar a Argentina donde definió su sexualidad femenina y regresó a Oruro convertida en una mujer, pero cuando caminaba por las calles con su pantalón ajustado y mallitas térmicas, los chicos le molestaban gritándole maricón e incluso los homosexuales que la venían venir se pasaban a la otra vereda para no hablarle.

"Yo sufrí discriminación de todo tipo de gente, después accedí a trabajar, tuve mi salón y mi familia se alejó de mí, pensaron que yo molestaba a los hombres pero no era así, porque cuando una es mujer creo que tiene derecho a tener una vestimenta que elija porque me gusta vestirme sexi y Oruro lo sabe", manifiesta.

Se fue a Chile donde logró su identidad de género, mediante el cual sacó su documento como mujer para casarse, pero su marido empezó a golpearla y lastimarla motivo por el que volvió a Oruro y reabrió su salón de belleza y advirtió que habían más transexuales dedicados al estilismo y peluquería, algo que no había cuando sola enfrentaba insultos de algunas personas en la calle.

Como anécdota cuenta que cuando algunas de sus compañeras llegaron para un carnaval, todos les gritaban Mayra porque la estereotiparon por ser transexual y nunca dio a conocerse como prostituta más al contrario siempre se mostró como una mujer trabajadora y luchadora.

Derramando lágrimas al recordar duros momentos, afirmó que verse golpeada, lastimada y maltratada no fue fácil, además de haber perdido a su familia, por lo que al estar empoderada decidió retomar sus actividades con su organización Trebol, esperando un lindo futuro para su persona y acceder a una vivienda y otros bienes que le permitan vivir como todo ser humano.

Según Mayra dejó de ser transexual para convertirse en una mujer completa, algo que le costó mucho sacrificio porque era denigrada, por lo que le hubiera gustado ser abogada o psicóloga pero por su condición sexual no pudo acceder al estudio superior tras haber concluido su bachillerato.

Mayra manifiesta que para ser completamente mujer se tuvo que operar los senos, la figura y las partes genitales.

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