domingo, 14 de junio de 2015

Las parejas homosexuales lusas luchan por la adopción

Después de años peleando ante la justicia lusa para conseguirlo, Teresa Pires y Helena Paixão se dieron el "sí quiero” en Lisboa y se convirtieron en el primer matrimonio homosexual de Portugal. Desde entonces se han celebrado más de 1.500 bodas entre personas del mismo sexo, según el Instituto Nacional de Estadística luso, desde 2010 hasta 2014.
Sin embargo, el colectivo no ha conseguido avanzar respecto a su siguiente gran reto: la legislación lusa sobre adopción por parte de homosexuales.
Las asociaciones LGTB del país dicen que la actual normativa de adopción puede ser un elemento disuasorio para que parejas de gays o lesbianas se casen.
Desde la organización portuguesa Intervención Lésbica, Gay, Bisexual y Transgénero (ILGA) aseguran que hay un desfase entre las leyes lusas y un clima social de rechazo que provoca la invisibilidad de esta minoría en comparación con países vecinos.
Nuno Pinto, secretario de la ILGA lusa, afirma que ahora las parejas homosexuales tienen la opción de elegir si casarse o no. No obstante, el número de uniones entre personas del mismo sexo en Portugal es pequeño, en torno a 300 bodas cada año, lo que Pinto vincula a la crisis económica del país. Las bodas homosexuales representan un porcentaje menos del 1% del total.
Pinto reconoce que es posible que la actual situación de la adopción por parejas del mismo sexo en Portugal sea un "elemento disuasorio” para que los homosexuales se casen. Y es que, de acuerdo con la legislación lusa, un soltero puede optar a una adopción, mientras que un matrimonio homosexual no lo puede hacer. Las mujeres lesbianas tampoco pueden someterse a técnicas de reproducción asistida en centros públicos ni privados de Portugal, por lo que algunas viajan a España para acceder a estos tratamientos.
La asamblea portuguesa no terminó de aprobar la coadopción, permitir a un miembro de la pareja adoptar a un hijo que ya se encuentre bajo la tutela legal del otro.
En la última fase de la votación parlamentaria, el Partido Social Demócrata (PSD) pidió que esta propuesta se sometiera a un referéndum, lo que ha paralizado el proyecto. "La aprobación de esta ley es fundamental para familias existentes y en las que los hijos están desprotegidos en caso de que le ocurra algo al padre o madre legalmente reconocido, puesto que la otra persona no tiene ningún vínculo legal con el niño”, señala Pinto.
Portugal descendió este año del sexto al décimo lugar en el ranking de respeto a los derechos LGTB en el continente. Para Pinto, esto se debe a que Portugal se ha estancado y no ha introducido avances, mientras que otros países europeos sí lo han hecho. Sin embargo, asegura que las asociaciones esperan que la situación cambie con las elecciones legislativas.

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