martes, 30 de junio de 2015

Los transexuales indios no pasan de ser una anécdota

Un año después de que el "tercer género” fuera legalizado en India, los transexuales celebran tener el primer rector de una universidad, un avance que, sin embargo, no pasa de la anécdota porque siguen sin poder optar a empleos públicos y en las aulas universitarias ni siquiera saben dónde sentarlos.
El reconocimiento por el Tribunal Supremo indio de un "tercer género” junto al masculino y femenino abrió hace un año para ellos una puerta a la esperanza, aunque eso no cambió cosas como en la India aún se mantengan leyes por las que se puede castigar la homosexualidad.
"Mi lucha vital es ahora historia y veo al resto de la sociedad como un amigo. Mi lucha acaba hoy”, declaró Manabi Bandopadhyay, rectora desde hace unos días de la universidad femenina Krishnagar en el estado oriental de Bengala.
El reconocimiento en un puesto que ocupa por primera vez un transexual en India después de décadas de discriminación hace que Manabi a sus 50 años se sienta definitivamente "una mujer de principio a fin”.
Ya queda atrás el pasado como Somnath Banerjee, el chico reprendido cuando se vestía de mujer y al que sus padres enviaron al psicólogo, que hace 12 años cambió de sexo y de nombre. El logro "no es sólo importante en la India, sino también en todo el mundo para los transexuales”, porque aunque sea todavía "anecdótico en la sociedad india, es una señal de humanismo en todo el mundo”, aseveró la rectora, de 50 años.
De acuerdo con el último censo de 2011, en India hay medio millón de transexuales, una gota en medio del océano de más de 1.250 millones de habitantes del segundo país más poblado del planeta. "Pero hay muchos más que no están incluidos”, comenta a Anjan Joshi, de la organización Space en Nueva Delhi, un colectivo de gays y lesbianas que ayuda y asesora a los diversosexuales. Condenados en muchos casos "a vivir de la prostitución, lo que conlleva malvivir en la calle y contagiarte enfermedades sexuales”, de poco sirve todavía este reconocimiento, lamenta el representante de esta entidad de apoyo a homosexuales, bisexuales y transexuales.
"Si desde niño estás discriminado, te rechazan tus padres, te quedas solo, sin una educación con la que poder acceder a un buen trabajo, tienes muchas posibilidades de acabar en la calle, de donde muchas veces les recogemos muertos”, relata Joshi.
Cuando se le pregunta por el caso de Manabi, Simra, transexual delhí de 23 años, sonríe diciendo que "es muy beneficioso”, aunque al poco la sonrisa se le borra al recordar los años de frustración y dolor. (EFE)

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