miércoles, 22 de junio de 2016

Abren una clínica para transexuales en Tailandia



Los transexuales en Tailandia cuentan con una nueva clínica especializada promovida por varias ONG en la que reciben atención médica sin tener que pasar por la discriminación y el escarnio que, según aseguran, sufren habitualmente cuando acuden a centros médicos convencionales.

"Las leyes tailandesas no reconocen el cambio de género en los documentos oficiales. Por lo tanto, los transexuales son tratados en los hospitales públicos conforme a su sexo de nacimiento y no según el actual. Y se sienten humillados", dijo a EFE Jetsada Taesombat, fundadora de la organización "Thai Trangender Alliance".

Para evitar tener que enfrentarse a vejaciones estas personas generalmente retrasan la visita al médico, lo que provoca que acudan cuando las enfermedades se encuentran en un estado más avanzado, o, si pueden permitirse un mayor coste, recurren a centros privados.

Ante esta situación, colectivos de transexuales y el centro de investigación sobre el Sida de la Cruz Roja tailandesa impulsaron la creación de la clínica Tangerine, un centro gestionado por personal transexual que se financia a través de donaciones.

La clínica ofrece desde noviembre consultas gratuitas y medicamentos a precios asequibles, servicio de asesoramiento psicológico y cuenta con un laboratorio para estudiar enfermedades de transmisión sexual como el virus del papiloma humano surgidas después del proceso de reasignación de los órganos sexuales.

Según la coordinadora de Tangerine, Siriporn Nonenoy, la idea era proporcionar a los transexuales una "clínica en la que se sientan cómodos de acudir".

"Muchos doctores carecen de conocimientos sobre cómo proceder o los cuidados para, por ejemplo, las nuevas vaginas", añadió la doctora. La birmana Ma Htet aún camina dolorida por el piso alquilado en Bangkok. Solo hace dos semanas que fue sometida a una operación de cambio de sexo en Tailandia, donde existe un amplio y sólido negocio para estos tratamientos.

Htet, una celebridad en su país por sus trabajos como maquilladora, expone las barreras culturales y sociales con las que ha tenido que lidiar durante todo el proceso y atrapado en un cuerpo que no se correspondía con su sentimiento.

"Birmania es un país con fuertes ideales conservadores. Mi madre no quería aceptarlo y a mi hermano, quien después fue mi gran apoyo, le costó años", rememora Htet, quien hace unos 6 años decidió empezar su cambio.

Tangerine, que hasta abril contaba con 217 pacientes, orienta a las personas que quieren cambiar de sexo y a los que ya lo han hecho sobre el consumo de hormonas ya que, según un estudio propio, el 50 por ciento de los pacientes inician la ingesta de medicamentos sin acudir a la consulta médica.

Otros hospitales públicos y privados ya se han contactado con la clínica para recibir asesoramiento sobre los tratamientos a largo plazo y las posibles enfermedades que afectan a los transexuales.

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