Orlando empezaba a enterrar a sus muertos ayer con funerales para al menos cinco de las 49 víctimas del ataque el domingo a un club gay, en la peor masacre de la historia moderna de Estados Unidos.
Al menos cinco personas eran enterradas este viernes y se esperaba que los funerales prosigan a lo largo del fin de semana, tras la masacre perpetrada la madrugada del domingo por Omar Mateen, un estadounidense de ascendencia afgana de 29 años.
Entre ellas está Anthony Luis Laureano Disla, un bailarín de 25 años de origen puertorriqueño, al igual que la mitad de las víctimas. “Era un bailarín muy talentoso, que fue amado y será extrañado por todos”, señala su obituario en la funeraria Newcomer.
Otras tres víctimas de cerca de 20 años eran enterradas en Orlando, así como un hombre que estaba en sus 50 cuando perdió la vida en el club Pulse.
Las despedidas empezaron el miércoles con el velorio de Javier Reyes, un vendedor de 40 años también puertorriqueño.
Puerto Rico enfrentaba su propio dolor con la repatriación de los cuerpos de algunos de los 24 isleños que perdieron la vida en el infierno que se desató en una fiesta latina que ofrecía la discoteca, cuando Mateen entró disparando con un rifle de asalto. Ya llegaron a la isla los restos de cuatro víctimas y este viernes se esperaban los de tres más.
Según autoridades, Mateen reivindicó su lealtad al grupo Estado Islámico en sus últimas horas de vida en la discoteca.
El FBI y la Policía local restringieron las informaciones que conceden a la prensa sobre la investigación. La Policía federal obtuvo videos de las cámaras de seguridad que investiga en este momento.
La firma de seguridad G4S Security Solutions LLC, donde Mateen trabajaba, le había realizado una evaluación psicológica en 2007.
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